Benito Díaz
El informe lanzado por el European Monitoring Centre for Drugs and Drugs Adiction (EMCDDA), intenta proporcionar una visión de conjunto sobre la situación en Europa de nuevas sustancias psicodélicas y su impacto en el ámbito de la salud pública, en el contexto que de pandemia de COVID-19, que nos afecta en la actualidad.
Firmado desde Portugal, el documento detalla los tipos de sustancias que se han descubierto en los mercados de drogas, exhaustivas listas de Cannabinoides Sintéticos, opiodes y benzodiacepinas, entre otros. También dedica parte de su contenido a rastrear el origen de las sustancias, así como los lugares en los que han sido halladas y porcentajes históricos de consumo en Europa, que abarca desde 2005 hasta 2019.
Nuevas sustancias psicoactivas
Este nuevo abanico de elementos incluye toda sustancia química derivada en sus moléculas de viejos conocidos, como el THC, el GHB, opioides y benzodiacepinas. En concreto, el estudio reconoce 53 nuevas formulaciones divididas en Catinonas (también conocidas como Sales de Baño, provenientes de la síntesis de la planta de Khat), Cannabinoides, Indolalquilaminas (alucinógeno, por ejemplo, Triptaminas), Feniletilamina (estimulante), Piperidinas y Pirrolidinas, Arilalquilaminas, Arilciclohexilaminas, Benzodiacepinas y Opioides de origen sintético.
El escrito también afirma que “los datos también incluyen un número creciente de nuevas sustancias psicoactivas anteriormente identificadas que ahora están controladas por las leyes internacionales las leyes internacionales sobre drogas de las Naciones Unidas. Entre ellas se encuentran el 2C-B, el GHB, algunas Catinonas sintéticas (como la Mefedrona), los cannabinoides sintéticos (como la 4F-MDMB-BINACA) y opioides (como el Carfentanil)”
El incremento en el uso de estos componentes es notable. En uno de los gráficos, que incluye la cantidad de kilos de nuevas sustancias incautadas, podemos observar una evolución creciente, que tendría su pico en 2015, con más de 5000 kilos. En 2019, se produjo una reducción en estos decomisos, alcanzando la cifra de 4000 kilos en fronteras europeas.
Cannabinoides sintéticos: Spice
Descrito en ocasiones como “Cannabis Sintético” o Spice, las autoridades señalan este tipo de compuestos como los más numerosos (25%), que pueden o no tener alguna relación con el THC o el CBD. En caso de no tener relación, se comprende que se trata de moléculas que producen otros procesos más potentes que la sustancia natural y que, en realidad, puede tratarse de cualquiera de las sustancias mencionadas, relacionando sus efectos con otro tipo de psicoactivos o estimulantes.
Localizadas sus primeras apariciones en 2006, cuando eran facilitadas en comercios y growshops como sucedáneos legales del Cannabis, sus primeros consumidores fueron personas con bajo poder adquisitivo, mendigos y reclusos carcelarios. Estas personas obtenían una sustancia vegetal, en ocasiones aromática o la vulgar “Hierba de Gato” en tiendas para mascotas y pulverizaban el compuesto con un spray sobre la superficie. El Spice era consumido fumado, en un cigarro, costumbre que ha dejado sitio a los vaporizadores y a otras vías de consumo, por ejemplo, impregnado en un papel.
Al tratarse de materias que no han sido registradas por ningún organismo, ni sufrido ningún control sanitario, las intoxicaciones e incluso muertes por su consumo, han sido los indicadores de amenaza de estos sintéticos. Las cifras que arroja el estudio sitúan al menos 1400 casos de intoxicaciones en todo el mundo desde finales de 2014 y al menos 23 muertes derivadas del consumo de Cannabinoides de síntesis, en Rusia, EEUU, Canadá y Europa.
El EMCDD centra su atención en el componente MDMB-4en-PINACA, responsable directo de más de diez envenenamientos no-letales, diez hospitalizaciones, y cuatro muertes, sucedidas entre Suiza y UK. “La información limitada sugiere que MDMB-4en-PINACA es un potente agonista del receptor CB1 y, como tal, comparte algunas similitudes farmacológicas con el THC, responsable de los principales efectos psicoactivos del cannabis y otros cannabinoides sintéticos como el JWH-018, que están bajo control internacional”, explica el documento. Presentado en formato de polvo o de mezcla de yerbas para fumar, la institución también señala como muy peligroso el compuesto 4F-MDMB-BICA.
Opioides y benzodiacepinas
Desde 2009, el EMCDDA ha identificado 66 nuevos opioides. A pesar de ello, estos componentes juegan un papel menor en el mercado internacional. El principal problema de estos componentes es que se utilizan, al igual que en el caso de las benzodiacepinas derivadas, para facturar medicamentos que sustituyen los principios activos por otros más baratos de producir. En consecuencia, nos encontramos con medicinas falsas con componentes sin comprobar, que en el mejor de los casos serán sustitutos mediocres y, en el peor, pueden producir envenenamientos e intoxicaciones.
El problema de salud pública en este caso es destacable, pues se trata en muchos casos de medicinas incluidas en tratamientos oncológicos, anestesias, dolor crónico o que se usan en conjunto con otros fármacos, que pueden producir las mencionadas intoxicaciones al reaccionar entre ellos.
En el caso de las Benzodiacepinas, el estudio señala que se ha producido un aumento en el consumo europeo, trayendo consigo el interés de las mafias dedicadas al narcotráfico. De esta forma, encontraríamos el mismo escenario que con los Opioides, con la introducción de hasta 30 nuevas variedades de Benzodiacepinas, fuera del control sanitario internacional.
La organización señala la necesidad de grandes laboratorios clandestinos para la elaboración de estos compuestos que mencionamos, situados sobre todo en el norte de Europa, en lugares como Letonia, Asia central y el sureste asiático, China, Vietnam, etc.
COVID 19
Desde el documento, el EMCCDA advierte sobre la globalización y los cambios en el mercado internacional de drogas al respecto del COVID. “A la complejidad del mercado de las nuevas sustancias psicoactivas, la pandemia y medidas de respuesta relacionadas -como el cierre de espacios públicos y las medidas de «quedarse en casa» – conllevan nuevos desafíos derivados de los efectos resultantes en los mercados de en los mercados de drogas existentes, el consumo de drogas, los servicios de respuesta en muchas, y quizás imprevisibles, medidas”, reflexiona el escrito. Señala a su vez que los colectivos debilitados y marginales se podrán ver más afectados durante las consecutivas olas de la enfermedad, pues sumarán el consumo de drogas a la ecuación general. “Será necesaria disponer de los recursos para responder a las amenazas para la salud. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que el mismo personal de salud pública y fuerzas del orden, deberán ser utilizados para atajar los problemas de intoxicaciones en masa o desórdenes producidos por las nuevas sustancias psicoactivas, que el personal que tendrá que responder a los brotes de COVID 19”.