Benito Díaz
La compañía multinacional Canopy Growth demandó en diciembre del año pasado a la gigante GW Pharmaceuticals. Desde Canadá, Canopy Growth acusa a la farmacéutica con sede en Inglaterra, de haber infringido la patente para su tecnología de extracción del Cannabinoide CBD, en la fabricación del medicamento Epidiolex.
La demanda, presentada ante los tribunales del Distrito Oeste de Texas, declara que se está utilizando uno de sus procesos patentados para conseguir la extracción del medicamento anticonvulsivo, Epidiolex, registrado por GW Pharma. Este fármaco, uno de los pocos distribuidos en nuestro país con base de Cannabis, se usa en la actualidad para el tratamiento del Síndrome de Dravet y el de Lennox-Gastaut, tipos raros de epilepsia refractaria infantil.
Cabe la situación de que Canopy Growth gane en los tribunales. En ese caso, estaríamos hablando de un prejuicio económico notable, dado que la botella de Epidiolex se comercializa por unos 1200 dólares por botella de 100 ml. «GW informó aproximadamente 366 millones de dólares en ventas netas de productos de Epidiolex en los Estados Unidos en los primeros nueve meses de 2020», especifica la demanda.
La patente
El método en cuestión se refiere a la tecnología aplicada para la extracción de los Cannabinoides que conforman el medicamento, el CBD y otras sustancias como el ácido carboxílico, a partir del material vegetal del Cannabis o sus componentes esenciales.
El proceso tiene dos partes y se lleva a cabo mediante una maquinaria concreta que lo que hace en primer lugar es someter la materia vegetal o su esencia a presión mediante CO2 en forma licuada y a temperaturas subcríticas, esto es, manteniéndolo a bajas temperaturas durante largos periodos de tiempo. A continuación, se reduce la presión y/o temperatura para separar el THC, CBD Cannabidiol y, de forma opcional, sus ácidos carboxílicos del CO2, ahora en estado gaseoso.
Las opiniones de los expertos en patentes dejan hueco para la duda al respecto de los derechos de la canadiense para hacerse con la propiedad de esta misma. Según Larry Sandell, abogado especializado de Washington DC ajeno a la demanda en declaraciones en medios, “la patente cubre por completo la extracción mediante CO2. No sé cuánta de esta extracción, que usa este sistema, queda fuera del alcance de las reivindicaciones de la patente. Eso sería un motivo de preocupación para todos aquellos que la usen, pues, todos los que lo hacen pueden estar infringiendo la ley, en potencia”.
La reivindicación de Canopy Growth sólo tendría efecto si pudiera probar que su patente es el primer ejemplo registrado de la técnica. Por el contrario, GW Pharma tendría que aclarar que se trataba de un procedimiento “obvio o ya conocido”.
La maniobra
Según información aparecida en Forbes, Canopy Growth habría obtenido una primera patente en el año 2001. Este registro, habría absorbido los derechos de una empresa alemana al respecto, Spectrum Therapeutics. Según esa documentación, Canopy Growth habría pagado la suma de 1 dólar por la tecnología más “otra consideración buena y valiosa, monetaria y no monetaria” quizás al investigador que cursó la primera solicitud, un tal Adam Mueller. La descripción del proyecto incluía una generalidad sobre la extracción de CBD mediante CO2 y temperaturas subcríticas.
El día que Canopy obtuvo la licencia de patente, una ampliación concreta sobre la del 2000, fue el día en el que se presentó la demanda ante los juzgados de Texas. Esta maniobra, sugiere que Canopy Growth tenía preparada la demanda antes de obtener la patente completa, e intentaría conseguir derribar a la competencia antes de unirse al mercado global de la extracción de CBD. O quizás, como apuntan los expertos, el intento de poseer una parte en todos los operadores de Cannabis, dado que GW Pharma es una empresa demasiado grande como para intentar sacarla del juego, algo que Canopy podría intentar con pequeños productores en lugar de con un oponente a su altura.
Los informes económicos, aseguran que el valor de las acciones de GW Pharmaceuticals, cayó un 3,5%, pasando a valer 118,45 ese mismo martes. Ambas empresas cotizando en el NASDAQ, Canopy Growth subió un 4,5%, costando 27,01 dólares.
Canopy Growth y GW Pharma
Ambas empresas representan dos de las masas económicas más grandes y poderosas del mundo en lo relacionado con la producción, distribución e investigación sobre Cannabis. Desde sus imperios legales, avalados por cualquier país donde tengan inversión, en Europa, EEUU o Suramérica, estos mastodontes multinacionales ramifican sus empresas y marcas para incluir cualquier servicio que pueda imaginarse, desde cosméticos, bancos de semillas, maquinaria, hasta líquidos para vapear, etc.
Las buenas intenciones que plantean sus responsables de comunicación, como analizamos en un artículo anterior, quedan eclipsadas ante los hechos que demostrarían un completo desprecio por las necesidades de los enfermos, primando ante todo el sentido capitalista de la operación. Así como Canopy Growth recoge el mercado productivo del Cannabis, GW Pharma abarcaría cualquier aspecto de su investigación y desarrollo. A estos últimos, la comunidad médica en nuestro país ya habría dado una calurosa bienvenida, desde la apertura de su primera sede en Madrid, en noviembre del 2020.
Canopy Growth, filial de Constellation Brands, amasa un núcleo de al menos 5000 millones de dólares en valores, según sus estimaciones de 2020. GW Pharma, 3203 millones de dólares.