Benito Díaz
La Asociación Eleusis se describe como una entidad sin ánimo de lucro, destinada a la investigación, formación y divulgación de información sobre estados no-ordinarios de consciencia. Presidida por Santiago López-Pavillard, doctor en Antropología Cultural, se dedica a impartir cursos sobre modelos religiosos y médicos hegemónicos, chamanismo altoamazónico y métodos y sustancias utilizadas, entre ellas, la Ayahuasca.
Rescatada de su desaparición en 2017, la organización comienza una etapa como proyecto personal de López-Pavillard, que se alarga hasta nuestros días. La Asociación Eleusis (AE) asegura considerar “el estudio de los estados no-ordinarios de consciencia y el uso adecuado de técnicas y sustancias para alcanzarlos, como un horizonte de investigación a contemplar y legítimo, a partir de los beneficios que estos estados de consciencia pueden aportar, tanto a nivel individual como social”.
Charlamos con su presidente, para abordar cuestiones al respecto de sus actividades, sus métodos y los intereses en detalle de la AE.
Divulgación
“Al terminar la tesis doctoral, acumulé una enorme cantidad de material del que solo mostraba una pequeña parte. Durante esta investigación, llegué a desarrollar una idea general sobre prácticas chamánicas alrededor de la Ayahuasca. Pero el campo que encontré resultó mucho más amplio. Pensé que era una lástima desaprovechar toda aquella información, así que organicé esa búsqueda en forma de cursos formativos. Así, traté de explicar cuáles habían sido mis conclusiones generales, una visión de conjunto”, explica López-Pavillard. “Estructuré esa visión en seis cursos independientes. Una primera parte alrededor de la Antropología de la Consciencia, luego ‘Chamanes y chamanismos’, ‘Metodología’, ‘Modelo Religioso Hegemónico’, ‘Modelo Médico Hegemónico’ y una última parte en la que abordamos el ‘Chamanismo Altoamazónico’”. Puntualiza que no se trata de un modelo para llegar a ser Chamán, sino más bien una aproximación teórica que describe la Cosmovisión animista de aquellos pueblos originarios latinoamericanos.
Estados no-ordinarios de consciencia
En la exposición de este estado especial, el doctor López-Pavillard se refiere a la cultura occidental, que contempla como ordinarios los estados de vigilia y sueño. Estos estados se suceden de forma cíclica, a diario. “En casi todas las culturas humanas, salvo la nuestra, se considera que existen otros muchos estados de consciencia. Hablamos de cerca del 90% de las culturas. Para entender la forma de ver el mundo de forma animista como los pueblos no-occidentales, hace falta experimentarlo. Entonces se recurre a diversas técnicas, como la meditación, el consumo de plantas, la danza, los ritmos de tambores, incluso hay gente usa la hiperventilación para acceder a estas consciencias no-ordinarias”.
Preservación de la cultura de la Ayahuasca
El presidente de la AE destaca la globalización mundial y la necesidad de conocer culturas y técnicas que, hoy en día, llegan a todas partes. “Cuando la Ayahuasca llega a España a finales de los años 80, no había un gran conocimiento de cómo se utilizaba en su lugar de origen. Entonces, la gente comienza a intentar comprender esta sustancia, viaja a la selva buscando ver cómo se maneja y poco a poco, trae esa cultura a Occidente”. López-Pavillard explica también que es necesario conocer estas plantas, pues su contexto no incluye el ámbito recreativo, sino que está llamada a consumirse como sustancia enteógenica.
“Los enteógenos son sustancias derivadas de plantas o animales que se han usado a lo largo de la historia en contextos ceremoniales y religiosos, para entrar en contacto con el mundo de las energías o espíritus”, explica Santiago. Los enteógenos, aclara, se han considerado como sacramento en distintos cultos, o como “medicina”, “remedio” para determinados problemas. “Cuidado, no estoy diciendo que sea un ‘medicamento’, no es una cura al uso de la biomedicina. Es una medicina que ‘sana’, que trata de solucionar un determinado problema yendo a su origen”. El experto añade que se trata de sustancias de las cuales el consumidor debe conocer su funcionamiento y efectos, de cara a realizar un “trabajo” bajo su influencia, dado que supondrá un esfuerzo considerable. “Consumir estas sustancias supone una responsabilidad y de esta forma, es necesario conocerlas en lo más posible. Luego, la introducción de esta cultura en cada lugar supone su flexibilización, unas cosas se harán igual que en el origen y otras distintas, pero es necesario tener al alcance ese conocimiento”.
Código ético de la Ayahuasca
“Cuando alguien acude a una de estas ceremonias, entra en un estado no-ordinario de conciencia. En tales estados, a veces es difícil discernir qué está permitido y qué no, por parte de la persona que guía la ceremonia. Ese código ético permite orientar a los participantes en esos aspectos, pues como en todos los aspectos de la vida, la persona que guía la ceremonia puede que respete el contexto ceremonial o que lo respete poco, o que, en lugar de guiar a las personas, busque servirse de ellas. De esta forma, es necesario que esas personas participantes tengan las cosas claras. Es posible que, en medio de la selva peruana, no tenga mayor sentido un código ético, pues existe una cultura extensa y comprobada de estas sustancias. Pero no pasa así en Occidente, donde no hay cultura de uso”. Explica López-Pavillard, que en nuestra sociedad existen códigos deontológicos para psicólogos, pero estos Guías rituales o Chamanes, no pueden considerarse como psicólogos ya que actúan con una Cosmovisión animista, con otra escala de referentes.
Cuestionario Cosmovisión
Santiago desarrolla el concepto de Cosmovisión a partir de su “propia experiencia con las plantas y la experiencia chamánica”.
“La forma en la que el ser humano entiende la realidad donde vive está determinada por cómo está construida su consciencia. Digamos que son como las gafas de ver la realidad que nos rodea. Esas gafas, entiendo que pueden ser de dos tipos. Si uno nace en la cultura occidental, su consciencia se formará a partir de una visión de tipo dualista, naturalista de la realidad, una Cosmovisión de tipo materialista. Tenderíamos entonces a reconocer la realidad como el ámbito físico que nos rodea. Además, podría existir una dimensión espiritual, inmaterial o invisible. Esos dos ámbitos estarían bien delimitados y separados, el material del inmaterial, el físico del metafísico. Sin embargo, en otros lugares que no son Occidente, como la selva amazónica peruana, colombiana, en África en un grupo nativo, etc., esas gafas de ver la realidad, son distintas. Aprendes a ver que la realidad es una realidad extendida, en la que las dimensiones materiales e inmateriales, pertenecen a un único contexto de realidad, a una sola continuidad”. La diferencia de estas realidades dependería tan solo de una cuestión de grado, de escala en el estado de consciencia, en el cual no existiría una ruptura abrupta entre ellas.
“Una cosmovisión animista reconoce que hay una dimensión invisible, que existe y que influye en lo material”, relata López-Pavillard. “De esta forma, el Chamán sería la persona que posee la capacidad de entrar en esa realidad invisible e interactuar con ese mundo energético o espiritual”.
La encuesta dispuesta en la página web al respecto de la cosmovisión, intenta, según el presidente de la AE, discernir la capacidad de una persona para acceder a esta Cosmovisión animista. “Cuando una persona, proveniente de una concepción dualista, accede a una visión animista, esa persona puede experimentar dificultades psicológicas, dependiendo de cómo esté organizada su mente. Dependiendo de la técnica pueden producirse entradas más o menos abruptas a estas realidades; por ejemplo, las plantas pueden inducir a una entrada así”. Más de mil personas han participado en el estudio que sigue activo y cuyos resultados aún no se han revisado al detalle.
Cambio de paradigma
Frente a lo explicado por el doctor López-Pavillard, podría existir la duda en cuanto a la veracidad de estas aplicaciones, llegando a tachar esta Medicina Tradicional de pseudociencia, superstición o pensamiento mágico. Santiago argumenta que es muy difícil explicar estas cuestiones a una persona escéptica, pues se trata de un choque psicológico que implica un cambio de organización en el pensamiento. “Estas personas emplean un paradigma de la realidad que es incompatible con otras personas que están abiertas a este tipo de realidades. Desde ese punto de vista, no hay forma de convencer a una persona que está instalada en un paradigma que cree correcto, de los aciertos de las ideas del otro paradigma. No se puede salir de él, y ese paradigma surte a la persona de las herramientas mentales necesarias para ser autosuficiente, desde un punto de vista lógico. Se necesita un salto casi de fe, un cambio en su idea, cambiar el chip. Esas personas creo que son bastante dogmáticas y poco críticas, instaladas en el discurso cientificista. Es necesario, por tanto, una apertura de mente para poder entender los argumentos de la otra parte”, concluye Santiago.
Más información sobre la Asociación Eleusis en su página web, en su academia y en la página web de la Plataforma por la Defensa de la Ayahuasca.