Arnau Alcaide
Marruecos prepara la legalización del cannabis medicinal con la propuesta de ley 13.21, que ya tiene lista la Comisión competente. El Consejo de Ministros se reunió el pasado jueves 25 de febrero y dio su conformidad previa aprobación en la comisión esta semana misma, que dejaría la ley para aprobación parlamentaria inminente.
Aunque el ejecutivo no ostenta la competencia legislativa, esta reunión de consenso y visto bueno suponen la confirmación de que dicha ley goza con el respaldo de una mayoría parlamentaria, pues el Gobierno de coalición cuenta con hasta 6 partidos políticos, que suponen 240 de 395 diputados. Así se entiende que hayan anunciado la medida legislativa conjuntamente el Ministro de Interior y el de Educación y Ciencia.
El borrador sube la cifra con la que solíamos trabajar del volumen de exportaciones de cannabis de Marruecos hasta los 12.500 millones de euros, de la que destaca que solo 415 millones se quedan en la agricultura local, yendo los 12.075 restantes al narcotráfico. Morocco World News, que ha tenido acceso al borrador, es quien nos revela que en el país vecino se está trabajando con estas cifras, cuando en medios internacionales estábamos dando un volumen de entre 8.000 y 10.000 millones de euros.
De acuerdo con este medio, se ha filtrado el artículo 7 del borrador que limitaría las licencias de producción a agricultores marroquíes originarios de las zonas tradicionales de cultivo, así como la venta a empresas registradas en el país. Se trata pues de una regulación proteccionista que tratará de incorporar a la población que ya produce a la legalidad en detrimento del capital extranjero.
Marruecos tiene una población de 30 millones, de los cuales 14 millones son población rural. El estudio de 2003 de la ONU en conjunto con el país revela que en las zonas con más arraigo del cultivo de la Cannabis, al norte del país, supone el trabajo de dos tercios de la población rural, algo que nos da la parte humana de que el cannabis sea su principal bien de exportación. Estas personas no solo no tienen cobertura laboral, sino que no reciben el grueso del beneficio por su agricultura y están expuestas a diferentes violencias sin protección; a veces incluso la institucional, porque aunque no se les expulsa de los campos, tienen menos garantías legales que otra población trabajadora.
La zona de cultivo tradicional en cuestión es el Rif, una de las cinco divisiones administrativas del país al estilo de las Comunidades Autónomas. Según se ha filtrado, habrá que acreditarse rifeño para cultivar. Los datos manejados, que podrían estar también infrarepresentados, apuntan a que unas 800.000 personas trabajan ya la planta en la región.
Según los datos del mismo año, Marruecos es el primer exportador mundial con un 57% del volumen total y un 75% del que llega a Europa, pero la apertura de los mercados medicinales estaría haciendo reducir esta cifra en la actualidad, lo que habría motivado una decisión rápida para mantener el sector, pasándolo a la legalidad como otros países occidentales.