Benito Díaz
El pasado 27 de febrero, fue presentado el documental “Cannábicas”, un esfuerzo colectivo que reúne los testimonios y opiniones de más de 200 mujeres de 30 países de los cinco continentes que usan Cannabis en sus vidas. Durante 75 minutos, conoceremos en detalle el pensamiento unitario y global de estas personas, coordinadas por Polita Pepper, Belén Riveros y Clara Sativa.
Las representantes aglutinan un espectro social amplio y diverso. Desde abogadas, científicas y peonas industriales, hasta artistas, escritoras y médicas, todas aportan su punto de vista al respecto del Cannabis en la sociedad y el significado de la planta para el pensamiento feminista.
Mujer cannábica
“Ser una Mujer Cannábica es ser una mujer empoderada, consciente, luchadora. Es ser una Hermana Cannábica, también”, explica una de las intervinientes. “Grupos de mujeres reuniendo sus pensamientos, grupos de mujeres poniendo sus ideas para mejorar entre todas, de un grupo hacia todos”, expone The Dank Duchess, especialista y profesora de extracciones de resina.
La idea se entiende a través del testimonio de estas personas, mujeres antiprohibicionistas, autocultivadoras, que utilizan la planta por distintos motivos, empresarias, activistas, expertas e investigadoras, tanto en el aspecto lúdico como en el terapéutico.
Usos del cannabis
“Consumo Cannabis por motivos medicinales para tratar el dolor crónico”, dice Carola Pérez, Presidenta del OECM, sucedida por otra persona que la toma para paliar los efectos de la Quimioterapia en su tratamiento contra el Cáncer. “La tomo para mis males de huesos, mi reuma y mis problemas de vejez, que mientras no me fumo un cigarro de sativa, no soy feliz”, declara Fernanda de la Figuera, a continuación.
“Somos madres que no encontramos ningún alivio en la medicina tradicional y si en estas plantas”, asegura Paulina Bobadillo, presidenta de Mamá Cultiva Chile. “La consumo para mi bienestar y el de mi familia, pues hallamos en la Marihuana la autonomía sanitaria y la calidad de vida que estábamos buscando para mi hijo Emiliano, diagnosticado desde pequeño con epilepsia y autismo”, completa su colega Valeria Salech, de Mamá Cultiva Argentina.
“Un toque de Cannabis me pone en mi centro y me deja relajarme, me permite disfrutar de esta vida tan maravillosa”, afirma Marytuli. “Me siento muy libre en expresarme, en ser yo misma. Siento que es una gran inspiración en muchos medios de arte”. “Me permite explorar estados expandidos de consciencia”, “me pone en contacto con otros aspectos diferentes, que no conozco, el mundo espiritual, emocional, intelectual y físico. La mujer, la naturalez, la humanidad y yo misma”, declaran.
Prohibicionismo y políticas de drogas
Marta Trigo, terapeuta sexual, ha realizado un estudio sobre la prehistoria de las drogas y su relación con la sexualidad, comparte que, “me he dado cuenta de que antes estaban muy vinculados y relacionados con los rituales sagrados de muchas culturas. Fue solo la represión impuesta por los pueblos indoeuropeos a estas prácticas, a las formas de vivir la sexualidad y las drogas, lo que permitió que se implantase su tradición patriarcal y violenta”.
Activistas y representantes de asociaciones, denuncian que la actual política prohibicionista, la Guerra contra las drogas es una forma como otra para a los colectivos feministas. “El consumo de drogas es todavía un tema tabú, que está estigmatizado y perseguido en todo el mundo, siendo miles de personas las que son sancionadas, encarceladas o incluso, condenadas a pena de muerte”, aclara Nuria Calzada, representante de Energy Control. “El impacto injusto que la Guerra contra las Drogas ha tenido en las comunidades afroamericanas y latinas de EEUU, puede verse reflejado en unas estadísticas alarmantes”, recuerda Kyndra Miller, impulsora de leyes por la regulación. “La prohibición ha perjudicado y perseguido a las mujeres, sobre todo a las mujeres negras y a las mujeres pobres”, completa otra compañera.
Doble estigma y discriminación machista
“Una mujer que consume Cannabis, si no tiene cuidado, puede ser detenida, humillada, intimidada y cosas peores”, sostiene Zanele Mazibuko. “La cultura del acoso, criminaliza a una mujer que estaba bajo el efecto de alguna sustancia, si ella sufre una violencia sexual, mientras que el alcohol se utiliza como una disculpa si el hombre es el agresor […], las mujeres no tienen el papel que deberían en la toma de decisiones sobre sus cuerpos, son las que corren más peligro en los mercados negros. Por ejemplo, en los círculos de consumidores donde existen varones que no están deconstruidos y creen que, porque una consume Cannabis con libertad, está asumiendo alguna postura sexual o algún tipo de invitación [..]. El hecho de que consumamos drogas, no quiere decir que estemos sexualmente disponibles ni que se nos pueda tratar como objeto de los hombres. Las mujeres que usamos drogas tenemos derecho a la vida y al placer”, cuentan.
“Las mujeres usuarias, sufrimos un doble estigma: por ser mujeres y por ser consumidoras”, expone Patty Amiguet, representante de CONFAC. “Al hacerlo, transgredimos los roles establecidos sobre nosotras”, apunta. “Creo que es necesario que se visibilice que las mujeres nos drogamos y podemos realizar cualquier actividad de nuestro día a día con normalidad”, explican Nuria Calzada y Andrea, del dueto “Andrea y Tesa”.
“Ser madre cannábica en este mundo es aún peor, porque nos catalogan como drogadictas, como irresponsables”, resalta otra colaboradora. La acompañan otros testimonios que critican el comportamiento conservador y paternalista de gran parte de la sociedad, incluso de la comunidad médica, al no contemplar estas terapias como parte del tratamiento a llevar a cabo.
Las participantes señalan la discriminación en el ámbito cannábico, por el uso de la sexualización de su imagen para la venta de productos, en ferias, en revistas especializadas y en growshops. “La imagen que se le da a la mujer en este tipo de revistas cannábicas, en las que se muestran tetas todo el rato, me molesta bastante”, comenta la representante de una asociación de consumidoras caditana. “El rol de la mujer se remite a la imagen de una azafata de feria, una mujer florero […], al parecer para vender cosas solo a los hombres […]. No somos un objeto que viene junto a la marihuana. Nosotras también nos la fumamos”, reivindican.
El machismo por parte de mujeres, la brecha salarial y la poca presencia de las mujeres en lugares de toma de decisiones, tienen su lugar durante el metraje.
Feminismos
“Siempre es necesario educar en perspectiva feminista. Es necesario encontrar el equilibrio. El sistema patriarcal tiene unas raíces muy profundas. Feminismo, matriarcado, cualesquiera que sean las palabras que utilices para denominar una perspectiva femenina, ya que mucha gente tiene miedo de la palabra “feminismo”, todas buscan el equilibrio de las perspectivas masculina y femenina. Esto es lo que queremos hacer”, desea Kyndra Miller. “Por primera vez en la historia tenemos una industria nueva, que nos da la oportunidad de tener una equidad de género […]. Debe haber un lugar de poder para mujeres empoderadas en la industria del Cannabis”, y una apuesta por la diversidad de mujeres, lesbianas, transexuales y cuerpos en resistencia. Son otros de los mensajes que transmite la cinta.
“La planta debe ser liberada y quiénes lo van a lograr. Nosotras, las mujeres”.
Puede ver el documental de forma gratuita en Youtube.