Benito Díaz
Un reciente estudio revela la relación existente entre las capacidades deportivas y el consumo de cannabis. En concreto, la regularidad de su práctica entre adultos jóvenes y de mediana edad. Investigadores de distintas universidades estadounidenses han llegado a la conclusión de que las personas que consumen cannabis tienen las mismas probabilidades de hacer deporte que las que no, o incluso son más propensas a hacerlo.
El documento, publicado en la revista médica “Medicina Preventiva” el pasado mes de marzo, explica que la muestra ha sido tomada en EEUU, en distintas oleadas de estudios generales de salud de los norteamericanos, como son los Estudios Longitudinales Nacionales de la Salud en Adolescentes y Adultos.
La metodología de estudio, incluyó cualquier forma de ejercicio o deporte que se hubiera practicado durante los últimos siete días y el número de días de participación en cada uno de los siete tipos de ejercicio o deporte. Las variables en el consumo de Cannabis comprendieron cualquier consumo actual y frecuencia de consumo durante el último mes. De esta forma, “se estimaron modelos de efectos fijos y de efectos aleatorios con numerosas variables de control, junto con medidas binarias y de conteo del ejercicio”, según explican en el encabezamiento.
Nuevas fronteras de estudio por la legalización
“Dado que la despenalización, el mayor acceso y la disminución de la percepción del riesgo estimulan la popularidad de la marihuana medicinal y recreativa, se necesita más información sobre los posibles vínculos entre el consumo de marihuana y los determinantes sociales de la salud”, aclara el artículo. De esta forma, antiguos miedos derivados de un pensamiento prohibicionista, como que el Cannabis vuelve a la gente perezosa, máxime en los jóvenes que podrían tener una prometedora carrera deportiva, se ven disipados ante los resultados de este estudio. Así, uno de los objetivos del estudio es proporcionar información fiable para alimentar el debate en torno a la vigencia de las leyes y políticas de drogas que incluyen la marihuana.
En EEUU, recordemos, existen diez estados donde el cannabis es legal por completo, mientras que en otros 25 solo se aplica esta legalidad a los términos del cannabis terapéutico. Conviene mencionar que nos encontramos en un territorio en el cual la prevalencia del consumo de la planta es del 16% aproximadamente de la población total.
La Práctica de deporte es similar
“Los resultados muestran que, en particular para los modelos de efectos fijos, el consumo de marihuana no está relacionado de forma significativa con el ejercicio, al contrario de lo que la sabiduría popular afirma, de que los consumidores de marihuana tienen menos probabilidades de ser activos”, desmienten los expertos. “De hecho, las estimaciones significativas solamente sugieren un factor positivo, incluso entre los usuarios más intensos durante los últimos 30 días”.
Además, “estos hallazgos están en desacuerdo con gran parte de la literatura existente, que generalmente muestra una relación negativa entre el uso de marihuana y el ejercicio. A medida que otros estados legalizan el uso medicinal y recreativo de la marihuana, quizás su impacto en el ejercicio, uno de los principales determinantes sociales de la salud, no sea necesariamente una preocupación primordial”, concluye el análisis.
La perspectiva que ofrece un estudio de estas características cumple con su función de alimentar el debate, pues abre un nuevo horizonte en el que cabe preguntarse por la cuestión del deporte y el Cannabis, una sustancia que está penalizada en muchos lugares y cuya detección mediante controles antidoping es sentencia asegurada para deportistas de élite.
Cannabis y deporte profesional: doble rasero
Aunque el examen se refiere en exclusiva a población general adulta, la cuestión, una vez superado el argumento tradicional de que consumir cannabis convierte en perezoso a un sujeto, podría extrapolarse: ¿Por qué la marihuana sigue estando perseguida por consejos de deportes, si no influye a la hora de que un deportista rinda en una prueba?
Contemplada de una forma objetiva, se trata de una sustancia que solo podría actuar como lastre, si se tiene en cuenta la lógica aplicada antes de la aparición de este estudio. Sin embargo, no son pocos los deportistas de élite que han tenido problemas tras descubrirse la presencia de THC en sus analíticas previas.
Michael Phelps, Julio César Chávez Jr., la atleta Marion Jones, sufrieron la retirada de sus títulos porque consumieron marihuana y apareció en esos controles. “Hay mucha información científica sobre la marihuana, pero las autoridades suelen regular sobre ella con criterios ideológicos, no con datos”, afirmaba Ross Rebagliati, snowboarder ganador de una medalla de oro, en declaraciones a Cáñamo. En nuestro país, podemos recordar el caso de Gervasio Deferr, gimnasta de élite con títulos de oro y plata en su categoría, despojado de ellos por dar positivo en THC. Una brillante carrera, truncada por las opiniones conservadoras y prohibicionistas del consejo de la Federación Internacional de Gimnasia, que no valoró su habilidad en la ejecución de los ejercicios, juzgando la vida privada del gimnasta como parte del número deportivo.
Como hemos podido leer en nuestras páginas y por suerte para los deportistas profesionales, la Agencia Mundial Antidopaje actualizó su reglamento en 2020, estableciendo una diferencia entre drogas con fines recreativos y las que tienen fines de falsear los resultados en las competiciones, incidiendo ahora sí en un dopaje. Una diferencia que deja fuera de duda que el autoconsumo recreativo es una actividad privada y que está desligada de la actuación de estos profesionales cuando ponen sus pies sobre la arena.