Benito Díaz
Los últimos avances en materia regulatoria llevados a cabo en Alemania parecen acercar cada día más a una legislación para el uso adulto del Cannabis. La propuesta de ley fomentada desde el Partido Los Verdes contempla la creación de una nueva política de drogas creíble y basada en la responsabilidad. Utilizando el argumento económico y tras algún intento fallido, la república federal puede alcanzar ahora el acuerdo.
Los rumores al respecto de la posible legislación en Alemania no son nuevos. Tras los avances en regulación de 2017, cuando las autoridades de Berlín aprobaron las leyes sobre cannabis terapéutico, se ha intentado traer el debate del cannabis recreativo. Por ejemplo, en octubre de 2020, el Senado alemán rechazó un proyecto de ley para establecer un mercado del cannabis controlado para adultos. La CDU de la antigua primera ministra, Angela Merkel, y los socialdemócratas, votaron en contra, junto con otros partidos conservadores. Tan solo apoyaron la medida Los Verdes, mientras el Partido Demócrata Libre se abstuvo.
Panorama actual
El ascenso de Los Verdes ha traído de nuevo el debate. Las encuestas de intención de voto sitúan al partido como foco de atención, pues ha sabido aprovechar el descontento de la población con la gestión del COVID y los problemas de gestión interna derivados del medio ambiente.
Una encuesta realizada en 2017, y reflejada en el informe de 2019 del Transnational Institute (TNI) en colaboración con ICEERS y otras entidades europeas, revelaba que la mayoría del pueblo alemán (63%) se manifestó en contra de regular el cannabis en adultos. Por otra parte, en 2018 se llevó a cabo otra pregunta, matizada, y se descubrió que la aceptación al cannabis aumentó hasta el 46%, dejando un 52% en desacuerdo y un 2% Ns/Nc. Otra encuesta, llevada a cabo por el diario Die Zeit en 2018, aseguraba que un 57% de personas estarían a favor del cannabis.
En Alemania, no parece importar tanto la cuestión del valor del mercado de la marihuana, sino observar el tema desde una perspectiva sanitaria. Sin embargo, datos recientes del informe de Prohibition Partners, think thank de la industria del cannabis, el volumen de la demanda en el mercado que una regulación del cannabis traería sobre la economía teutona asciende a 16.200 millones de euros. En el caso del Cannabis Terapéutico, unos 7.700 millones, en el del Recreativo, 8.500, eso sí, en un plazo de diez años.
En los últimos informes de organismos europeos, como el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), la ganancia de la venta de drogas ilegales se estima en unos 30.000 millones de euros. A pesar de las prohibiciones, a la luz de las cifras, casi el 30% de los europeos adultos ha consumido cannabis al menos una vez. En Alemania, son casi uno de cada tres ciudadanos los que han consumido la planta.
El debate del cannabis ha sido una cuestión recurrente por parte de ciertos partidos de la izquierda alemana, como Die Linke o Los Verdes, en contra de opiniones más conservadores en el Bundestag, como los antes mencionadas. El pensamiento al respecto del fracaso de la Guerra contra las Drogas, cuyas medidas no han reducido en absoluto ni el consumo ni el tráfico, pone de manifiesto la necesidad de articular políticas de drogas que tengan en cuenta la naturaleza de las personas y las acerquen a una realidad plausible.
Propuesta de regulación
Las reglas que el Partido Los Verdes establece en su proposición, incluyen, de forma similar a las propuestas vistas en España, una clasificación que atiende a tres pilares: prevención, regulación y reducción de daños. “Confiamos en una prevención creíble y queremos fortalecer la responsabilidad de los adultos responsables. Protegemos a los niños y jóvenes de manera eficaz contra las drogas con nuestra política; no deben publicitarse. Cualquiera que venda drogas como alcohol, cannabis o tabaco a niños o jóvenes debe ser sancionado”, explican en el documento expuesto en su web. “Protegemos el derecho a la autodeterminación de personas y reducir los riesgos para la salud asociados con el uso excesivo o peligroso de drogas. Las personas que consumen drogas ya no deberían ser criminalizadas. Regularemos las sustancias psicoactivas de acuerdo con sus riesgos para la salud. Los riesgos para la salud asociados al consumo habitual deben ser determinantes”.
El texto continúa con una amplia explicación al respecto de los movimientos a llevar a cabo, si al final su candidata, Annalena Baerbock, se hace con la cancillería. Su regulación pretende hacer retroceder al mercado negro mediante una Ley de Control del Cannabis. “(La ley) Permite la distribución legal y controlada de cannabis en tiendas especializadas autorizadas. Al mismo tiempo, queremos crear un sistema regulado y monitoreado para el cultivo, comercio y distribución de cannabis. De esta manera, la protección real de los consumidores y los jóvenes, así como la prevención de las adicciones, deberían finalmente entrar en juego”, exponen Los Verdes. A continuación, aclaran que buscan descriminalizar a los colectivos estigmatizados por las agencias gubernamentales y la policía, aliviando la carga de estos trabajadores públicos, facilitando la actuación de las herramientas de prevención y reducción de daños, además de liberar numerosos recursos económicos destinados a la aplicación de anteriores leyes.
Por último, el resumen introduce el llamado Control de Drogas. “Los consumidores, por ejemplo, en clubes, deben poder hacer que se controlen las sustancias psicoactivas en busca de ingredientes o aditivos peligrosos. Esto limita parcialmente los riesgos para la salud existentes de estas sustancias y reduce el envenenamiento o la sobredosis”.
Alemania, conocida por su gusto por los detalles y su aparente cosmopolitismo, también lo es por su lentitud a la hora de aplicar legislaciones. Aunque las medidas fructifiquen, se tardarán al menos cuatro años en aplicarse, tras el consenso en el senado. Hoy, sus tiendas de CBD en las principales avenidas abren las puertas a una tendencia que se muestra ya sin cortapisas, tras la salida del cannabis y del CBD de las listas de sustancias fiscalizadas de la ONU y la OMS. Cualquiera que camine por las brillantes avenidas de Berlín, puede encontrar cannabis flotando en el ambiente. Puede que ahora pueda hallarse también la oportunidad para un mercado floreciente.