Benito Díaz
La nueva unidad de medida para el estudio científico del cannabis, ha sido establecida en los 5mg para el THC. Se trata de un paso que permitirá el estudio detallado de las sustancias que componen la planta, así como indicador para analizar cuestiones de salud pública, medir la potencia de distintas variedades y presencia en productos, su comparación objetiva y la compresión de sus efectos acumulativos en consumidores.
La propuesta parte de científicos ingleses, Valentina Lorenzetti y Tom P. Freeman, que ya en 2019 advirtieron de la necesidad de crear este modelo. “Los productos de Cannabis son cada vez más diversos y varían considerablemente en concentraciones de ∆ 9 -tetrahidrocannabinol (THC) y Cannabidiol (CBD). Las dosis más altas de THC pueden aumentar el riesgo de daño por el Cannabis, mientras que el CBD puede compensar parcialmente algunos de estos efectos. Actualmente, las directrices para el consumo de Cannabis de menor riesgo carecen de recomendaciones basadas en la cantidad de uso, y podrían mejorarse implementando unidades estándar. Sin embargo, actualmente no hay consenso sobre cómo se deben medir o estandarizar las unidades entre los diferentes productos de cannabis o métodos de administración”, afirmaban en su informe. A pesar de lo dicho, en la actualidad sigue sin haberse registrado un caso de intoxicación con Cannabis con resultado mortal. Esta cuestión no deslegitima la afirmación de los expertos, dado que cada día se experimenta con la obtención de nuevos productos concentrados del Cannabis, como el Rosin o el BHO.
Nuevas necesidades
Científicos expertos en la investigación del cannabis han llegado a la conclusión de que la regulación de la planta es un hecho que se está extendiendo por todo el mundo. De esta forma, se vuelve imprescindible la denominación de una unidad de medida que permita su estudio, sobre todo a la vista de la creación de una industria eficiente y segura, que permita establecer sus efectos y que éstos puedan ser comparados entre varias aproximaciones.
La nueva unidad ha sido acogida con entusiasmo por científicos estadounidenses. Desde el National Institute on Drugs Abuse (Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, NIDA), certifican la aceptación social de la planta y la exigencia de las circunstancias.
“Los datos experimentales existentes a menudo son difíciles de interpretar debido a la gran variabilidad en la potencia del material y los extractos de plantas de cannabis, la falta de medidas estándar de uso y la amplia variedad de formas en que las personas consumen cannabis”, explican la doctora Nora Volkow, directora del NIDA y el doctor Norman E. Sharpless, en un documento de mayo del año presente. Según esta información, la unidad estándar ya habría sido adoptada, con el beneplácito de distintos institutos de la salud de EEUU y sería necesario observarla en todos los estudios financiados con dinero de estas entidades.
“Una unidad estándar no es un límite, ni ningún tipo de recomendación de consumo que se aplicaría a consumidores o dispensarios; es simplemente una unidad de medida para ayudar a facilitar la investigación del cannabis. También se han aplicado medidas estándar similares para otras sustancias. Los investigadores utilizan equivalentes de miligramos de morfina para comparar los efectos de los opioides que tienen potencias muy variables. Y la investigación sobre el alcohol y el tabaco se ha facilitado mediante la definición de una bebida estándar (0,6 onzas líquidas o 14 gramos de alcohol puro) y un cigarrillo, respectivamente”, dilucidan en el documento.
Las páginas establecen también que esta normalización no impone un límite a la cantidad de THC que los investigadores puedan usar en los experimentos. “Pueden usar múltiplos (o fracciones) de la unidad. Pero la adopción de una unidad estándar para fines de medición e informe facilitará la interpretación de los datos y permitirá diseñar experimentos sobre los efectos de los fármacos que tengan relevancia en el mundo real, además de facilitar la traducción de esa investigación en políticas y prácticas clínicas”.
Consenso científico
Las deliberaciones de los expertos no han llevado tanto tiempo como podría esperarse. De hecho, se han alcanzado acuerdos al respecto en estos años, demostrando una capacidad de reacción superior al de muchos gobiernos.
“Las respuestas reflejaron una diversidad de opiniones, pero en general, hubo apoyo para la idea. Algunos sugirieron que una cantidad mayor de 10 miligramos sería más relevante para las personas que consumen cannabis con frecuencia o que consumen productos de alta potencia actuales”, sostienen. “Pero una extensa discusión con expertos en el campo mostró un apoyo más amplio a la recomendación original de 5 miligramos de Freeman y Lorenzetti. Esta dosis puede producir una subida tanto en usuarios experimentados como ocasionales, pero en la mayoría de los estudios, no ha producido efectos adversos; y en algunos estados, 5 miligramos ya es el tamaño de porción estándar en productos comestibles que contienen THC (otros usan 10 mg)”.
Salud y gestión de placeres
La experimentación en base a una unidad de medida general puede ayudar no sólo a los eruditos en la materia, también es una base sobre la cual la comunidad de consumidores puede establecer sus límites y servir a la gestión de placeres. Temas como los efectos de la exposición prenatal y adolescente a la sustancia, en relación al desarrollo cerebral, niveles cognitivos y educativos, etc.; o los efectos médicos adversos del THC observados en usuarios frecuentes, como la hiperémesis o la toxicidad cardiovascular; consecuencias como la psicosis observada en personas con vulnerabilidades subyacentes, son solo algunas preguntas a investigar con el uso de esta nueva marca.
“En la investigación sobre el tratamiento de trastornos por consumo de Cannabis, una unidad estándar permitirá a los investigadores capturar con mayor precisión la reducción en el uso como medida de resultado, de la misma manera que los investigadores ahora capturan reducciones clínicamente significativas en el consumo de alcohol a través de los días de consumo excesivo, definido como cuatro o más bebidas. por día para las mujeres y cinco o más para los hombres”, concluyen los técnicos norteamericanos.
La creación de esta nueva regla es un paso adelante en el camino de la normalización del cannabis en nuestra sociedad, dado por expertos en los campos de la salud y la investigación. Unos avances que permitirán a los consumidores mayor control y seguridad y que hace un poco más difícil que representantes políticos y legisladores continúen ignorando el tema de una regulación que cada vez es más apremiante.