Arnau Alcaide
Una investigación de Xiaoxue Li & co. en base a los datos recabados por la aplicación medicinal Releaf App muestra que el cannabis es un antidepresivo consistente ya a la hora de su uso, en comparación con tratamientos que funcionan a partir de las 5 o 6 semanas, y reduciendo ampliamente los efectos secundarios respecto de otros antidepresivos. Solo el 20% de 1.819 personas estudiadas durante 3 años registraron efectos secundarios negativos que aumentaron la depresión. El hallazgo es muy relevante al permitir el cannabis el alivio rápido en situaciones límite, como las que puedan llevar a autolesiones, daño a otros o suicidio, sin tener que esperar un tiempo que no se tiene.
El artículo publicado en la Revista de Biología y Medicina de Yale destaca que de entre los efectos secundarios habituales de otros antidepresivos se encuentran sedación, aumento de peso sustancial, interacciones alimentarias mortales, sedación, agitación, ansiedad, ideación suicida, anorgasmia, desmotivación, abstinencia significativa, reducción de las interacciones con los alimentos o algunos más ligeros. Para el cannabis, no obstante, los efectos secundarios negativos reportados fueron principalmente boca seca (33%) y quedarse mentalmente nublado (27%).
«Al comparar estos inconvenientes con los efectos secundarios negativos relativamente menores y los efectos de acción rápida informados por los usuarios de Cannabis en el estudio actual, es comprensible por qué algunos pacientes pueden optar por reemplazar o aumentar su tratamiento antidepresivo farmacéutico convencional con Cannabis medicinal cuando se les da la oportunidad legal para hacerlo», valora el equipo en la investigación.
Estas personas que conforman la muestra registraron más de 5000 sesiones de consumo, registradas entre 2016 y 2019, que ha cedido la aplicación al equipo de investigación, en las que se mantiene el seguimiento del efecto durante 4 horas. De entre los efectos positivos que reportaron, se encuentra relajación (64%) y paz (57%), mientras que los efectos secundarios contextuales, no negativos, fueron el colocón (53%) y el hormigueo (31%).
