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Fallece Antonio Escohotado, filósofo y ensayista por la regulación de las drogas

Fallece Antonio Escohotado, filósofo y ensayista por la regulación de las drogas

Benito Díaz

Antonio Escohotado, filósofo y ensayista español, falleció el pasado domingo 21 de noviembre de 2021, a la edad de 80 años en su casa de Ibiza, lugar donde residía desde hacía 51 años. Natural de Madrid, nacido en el año 1941, fue profesor de filosofía del derecho, escritor e investigador y prolífico ensayista, obras de entre las cuales destaca la Historia General de las Drogas, redactado durante su encierro en la cárcel de Cuenca.

La fama del autor, más allá de sus obras, se puede encontrar en un estallido de popularidad allá por los años noventa, cuando se popularizó el debate televisivo al respecto de la legalización de las drogas. Su obra, Historia General de las Drogas, llevaba tiempo en circulación, pero sus continuas apariciones mediáticas le convirtieron en un personaje conocido de la farándula y el público, que le encumbraría más tarde en una suerte de icono de la cultura pop de la escena patria.

Vida

Escohotado, descendiente de una importante familia de la zona norte de Madrid, pasó sus primeros diez años en Brasil, en concreto, en la ciudad de Río de Janeiro, donde su padre, agregado de prensa de la embajada española se había trasladado con su familia. De vuelta a Madrid, comienza las carreras de Filosofía y la de Derecho, terminando sólo la última y doctorándose con una tesis sobre Hegel. Escohotado hablaba varios idiomas, lo que le permite trabajar en la traducción de algunos conocidos autores, como Newton. Aunque en un primer momento entra a trabajar en el Instituto de Crédito Oficial, en los años 70 viaja a Ibiza, donde se establecerá en una de las primeras comunidades hippies de la isla y donde permanecerá hasta el final de sus días.

Allí fue donde Escohotado tendría el encontronazo con la justicia que le llevaría a ser condenado por tráfico de estupefacientes. El autor mantuvo siempre que se trató de una “trampa de la policía”, incómoda por sus actividades libertarias y su pensamiento cercano a la ideología izquierdista, además de la fundación de la discoteca Amnesia. La polémica desatada por la publicación de una tribuna en el diario El País, donde explicaba que había sido víctima de tal maniobra, a la sombra de ciertos elementos mafiosos que habían entrado en contacto con él para servir a las autoridades.

El tiempo transcurrido entre la prisión preventiva, el juicio y la reclusión de un año incomunicado en la prisión de Cuenca, sirvió a Escohotado para alumbrar la obra por la que será recordado entre todas las demás, la mencionada Historia General de las Drogas, un compendio que repasa de forma detallada toda la información disponible al respecto del consumo de sustancias desde los primeros tiempos de la humanidad. Reeditada innumerables veces, se trata de un texto de referencia que cuenta alrededor de 1500 páginas, que analizaremos más adelante.

Escohotado había entrado a formar parte del cuerpo docente de la Universidad Nacional a Distancia (UNED) gracias a un examen. Además de las publicaciones que ha llevado a cabo en forma de ensayos, casi una por año, escribió de forma regular tribunas en diarios como Cambio 16 o El País, siendo una cara conocida en muchas tertulias de radio y televisión. Un ejemplo memorable fue su enfrentamiento con el comisario jefe de Estupefacientes de la época. En 1992, organiza una serie de conferencias bajo el título “Farmacología y Desobediencia Civil”, entre cuyos ponentes destacan figuras de la talla de Thomas Szasz, Albert Hoffman o Alexander Shulgin, entre otros.

Filosofía

El profesor, aseguraba haber probado todos los tipos de drogas que habían pasado por sus manos. Así, quizás acercándose a una variante más científica del “periodismo gonzo” de Hunter S. Thompson, Escohotado dedica un apéndice de su magna obra a la “Teoría Práctica de las Substancias Psicoactivas”, explicando que esto supone experimentar en sí mismo al menos un centenar de esos psicodélicos, como Alcohol, Cocaína, Heroína, LSD, MDMA, Benzodiacepinas, Éter, Café, etcétera.

Las drogas lo que hacen es inducir modificaciones químicas que también pueden inducir la soledad, el silencio, la abstinencia, el dolor, el miedo. Químicamente no se puede distinguir a una persona bajo los efectos de una droga, que bajo los efectos del yoga, por ejemplo. Químicamente no somos más que un conjunto de reacciones. Lo que pasa es que la sociedad, te dice que, aunque químicamente seas igual, ese ha llegado por el camino bueno y ese por la vía de atrás”, exponía el filósofo. Aunque en su juventud había abrazado las ideas del comunismo, en su última época se convirtió en un crítico con las mismas, trasladando su postura hacia el liberalismo, sin que esto sea un dogma aplicable, pues muchas voces reclaman un espacio único para Escohotado, que defendería la libertad frente al totalitarismo de cualquier tendencia política, reflejando su sustrato anarquista.

En la cuestión de las drogas, Escohotado se mantuvo siempre del lado de la regulación, la información y la decisión tomada por la propia voluntad del individuo. Por ejemplo, en declaraciones al diario El País, defendía la organización del modelo holandés, señalando las elevadas cifras de consumo de sustancias en España como un fruto del sistema prohibicionista, una demanda ligada a la riqueza, al desarrollo económico de la sociedad de nuestro país y al deseo de fiesta. “En Holanda han tomado la sana medida de convencer a la juventud con cosas como los coffee-shops, y, al abrir la mano con el Cáñamo, han conseguido que la gente joven haga caso a las autoridades. De esta forma, hay drogas en Holanda, pero el consumo es menor”.

La profundidad de la enseñanza filosófica de Antonio Escohotado es impresionante y tratar de resumirla en unas pocas líneas, un atrevimiento para el cual no estamos preparados. Sirva señalar que escribió más de una veintena de volúmenes, entre los cuales destacamos sus primeras obras, como Realidad y Substancia (1986); Majestades, Crímenes y Víctimas (1987); El Espiritu de la Comedia (1991); obras dedicadas al análisis de sustancias psicotrópicas, como Aprendiendo de las Drogas (1996), Historia Elemental de las Drogas (1996), La Cuestión del Cáñamo (1997) y obras de madurez, como Caos y Orden (1999) o la bilogía Los Enemigos del Comercio (2008-2013). De “Aprendiendo de las Drogas” podemos rescatar un fragmento de su prólogo:

Como he razonado en otros libros, pienso que ciertos remedios crean enfermedad y que la espiral de exigencias defensivas amenaza convertir la esperanza de seguridad y sensatez ciudadana en una meta contradictoria, saboteada precisamente por quienes prometen garantizar seguridad y sensatez a los ciudadanos. Sea como fuere, este libro se limita a ofrecer datos básicos para el autogobierno de cada individuo. Apuesta por la ilustración farmacológica frente a la barbarie farmacológica, considerando que la objetividad es el mejor estímulo para una conducta racional. Como dijo cierto sabio: “La verdad se defiende sola, únicamente el embuste necesita apoyo del gobierno”.”

En los últimos tiempos, el filósofo se había interesado por las nuevas tecnologías y las redes sociales, reflexionando por ejemplo sobre la inteligencia artificial y desde las que daba a conocer sus obras, a través de su página La Emboscadura y su página oficial.

Historia General de las Drogas

La obra magna de Escohotado, que le catapultó a la fama a finales del s.XX, es un compendio de investigación e información al respecto de los usos de sustancias desde los albores de la humanidad. En los tratados, enumera gran cantidad de ejemplos de cómo los seres humanos han consumido y prohibido muchas de estas sustancias, tales como el vino, el café o atribuido distintos significados a las mismas, como vehículos de las religiones, efectos medicinales o partes dominantes de rituales mágicos, en el uso de enteógenos.

El texto, abunda en detalles y citas históricas de grandes referentes como Sócrates, Galeno, Goethe, Goya, Wagner, Bismarck, Freud, Marco Aurelio, etcétera. Su valor como recopilación de estos hechos, lugares y humores de la historia, es incalculable, trayendo sobre la mesa un esfuerzo resolutivo y académico que podría ser clasificado como “titánico”.

Concluiremos esta nota con un extracto del prólogo de este primer volumen del texto a tratar:

Nuestra civilización sufre a causa de plantas cuya existencia se remonta a tiempos inmemoriales, y cuyas respectivas virtudes fueron explotadas a fondo por todas las grandes culturas. Hasta hace algunas décadas, nadie se preocupaba de regular su siembra o recolección, mientras que ahora ese hecho botánico cobra dimensión de catástrofe planetaria. A tal punto es así que su amenaza reúne a capitalistas y comunistas, a cristianos, mahometanos, y ateos, a ricos y pobres, en una cruzada por la salud mental y moral de la Humanidad. En plena era espacial no faltan cruzados profesionales ni vocacionales, y no faltan tampoco hordas de infieles atraídos por la rebeldía, las perspectivas de lucro mercantil y el estatuto de irresponsable víctima que otorga frecuentar lo prohibido; lo que congrega a muchos de estos es el mecanismo psicológicamente descrito como introyección o identificación con el agresor, del mismo modo que aúna a aquellos un mecanismo de proyección y localización exterior del mal”.

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