Benito Díaz
Los neocannabinoides son sustancias inspiradas en las estructuras químicas de las moléculas del cannabis; sin embargo, son síntesis puras fabricadas en laboratorio. Sus efectos son distintos, muy potentes y con efectos secundarios poco conocidos que pueden resultar en intoxicaciones. Reunimos información para orientar en el uso de estos productos, aunque en nuestro país su consumo es minoritario.
Cannabis.es desaconseja el consumo de estas sustancias, dada su peligrosidad potencial. Sin embargo, como afirma la carta al respecto de la Drug Policy Alliance, es necesario un enfoque que proporcione mayor educación al respecto de las sustancias emergentes.
Los neocannabinoides, mal llamados “marihuana sintética”, son una preocupación para las autoridades de salud pública desde hace años. Además, las sustancias y la forma de las moléculas siguen cambiando, sufriendo transformaciones por parte de químicos que intentan zafarse de las prohibiciones al respecto de marcas conocidas, como el K2 o el Spice, nombres genéricos que se han otorgado a estas Nuevos Productos Sintéticos (NPS)
Neocannabinoides
El artículo aparecido en estas mismas páginas y firmado por Kenzi Riboulet, cofundador de la ONG FAAAT de análisis de políticas de drogas, al respecto de los Cannabinoides de Síntesis, establece una primera diferencia entre Fitocannabinoides y Neocannabinoides. Según sus fuentes, los Fitocannabinoides son las moléculas que se pueden extraer de la planta de forma natural o pueden ser sintetizados en laboratorio, sin que su composición ni forma se vea alterada, así pues, Cannabinoides Sintéticos. Por otra parte, los Neocannabinoides son el resultado de la experiencia química, que no reproduce la molécula original si no que se basa en ella para crear nuevas secuencias, nuevas “drogas de diseño”, según Riboulet. Al parecer, estos productos “no son tan nuevos: los primeros Neocannabinoides inventados se remontan a la década de los ‘70, como por ejemplo el JWH-018, más conocido como ‘Spice’. También algunos se comercializan como fármacos, como AB-PINACA, HU-210 o Nabilona”, asegura.
La síntesis de fitocannabinoides comienza en los 80 por parte de compañías farmacéuticas como Pfizer, por mano de científicos como John Williams Huffman. Tanto es así que los dos primeros compuestos desarrollados para el mercado fueron JWH-073 y el JWH-018, que, como puede observarse, llevan en su nombre las iniciales del químico. Estos compuestos han seguido desarrollándose fuera de las intenciones recreacionales y dando lugar a otros productos utilizados en medicinas como el Marinol o ciertos cosméticos con, por ejemplo, CBD.
Spice, K2
Los Neocannabinoides siguieron otros caminos. Como hemos llegado a explicar con anterioridad, se trata de un producto de bajo costo, sencillo de transportar y de utilizar por parte de traficantes del mercado ilícito. Estas personas podrían obtener materia vegetal, especias aromáticas o la vulgar “yerba de gato” en centros veterinarios y pulverizar la sustancia sobre su superficie para tener listo un cargamento de “Spice”. Este producto sería consumido en cigarros, vaporizadores o impregnado directamente en un papel. Incluso podría ser utilizado sobre marihuana genuina, con intención de potenciar sus efectos ante una mala cosecha, llegando a ser consumido por error o engaño por otras personas en desconocimiento de la circunstancia.
En el año 2006 se localizan sus primeras apariciones, facilitadas en comercios como Growshops o Smartshops, dado que se trataba de moléculas no-fiscalizadas, legales en cierta forma. Sus primeros consumidores fueron personas con bajo poder adquisitivo, presos, mendigos, etcétera.
La preocupación de agencias gubernamentales como el EMCDDA está fundamentada. Se trata de sustancias que no han sido registradas, sin control sanitario y de forma y efectos tan cambiantes, que no se pueden asegurar siquiera los efectos que pueden tener en el cuerpo humano. Por eso, se desaconseja su uso de forma terminante, a la luz de las cifras presentadas por estudios como el de la entidad mencionada, según el cual este tipo de sustancias habrían sido causa de más de 1400 casos de intoxicaciones en todo el mundo y al menos de 23 muertes, en países como Rusia, EEUU, Canadá y ciertas naciones de Europa.
Los neocannabinoides más señalados son AB-PINACA, CUMYL-4CN-BINACA o MDMB-4en-PINACA, siendo esta última la posible responsable de más de diez intoxicaciones con resultado hospitalario, cuatro muertes relacionadas de forma directa y decenas de envenenamientos no-letales.
Efectos conocidos
La carta de reducción de riesgos de la Drug Policy Alliance, indica que se considera a nivel popular que los Neocannabinoides, imitan los efectos de la Marihuana, algo que es falso. “Aunque la investigación es limitada, los estudios preliminares sugieren que los efectos incluyen sentirse estimulado y con energía, aumentar el apetito y producir un estado de sueño, pero también pueden incluir náuseas y vómitos, convulsiones, agresividad y agitación, así como insuficiencia respiratoria y pérdida de conocimiento”. La publicación también advierte que, mientras que el THC o el CBD son agonistas de los receptores nerviosos habituales del cannabis (agonistas parciales), los neocannabinoides utilizan los mismos sistemas con una potencia mucho mayor, siendo éstos agonistas totales que pueden dar lugar a reacciones adversas.
“Una explicación del elevado número de visitas al hospital es que otras sustancias de la marihuana conocidas por proteger contra la ansiedad y los síntomas psicóticos (balance entre THC y CBD) probablemente equilibran los efectos directos del THC en el cerebro pero están ausentes en los cannabinoides sintéticos”, explica el documento, que especifica que hasta que se realicen más investigaciones sobre los neocannabinoides, las causas específicas de estos efectos solo se conocerán de forma incompleta.
La Red Trans European Drug Information (TEDI) informaba en concreto sobre los efectos de la MDMB-4en-PINACA, la cual “podría acarrear efectos secundarios tales como los descritos con anterioridad, a los que se podrían sumar la paranoia, ataques de pánico, despersonalización, agitación, aumento del ritmo cardíaco e incluso podría llegar a ser causa de fallecimiento. Descripciones clínicas han llegado a aportar también desfallecimientos, pérdidas de consciencia, fiebre y conductas violentas”. Previamente, Mireia Ventura, coordinadora de análisis de TEDI y de Energy Control, confirmaba en exclusiva para Cannabis.es que los efectos de estas sustancias son más intensos y advertía que “la gente que consume pueda sufrir efectos secundarios como mareos, vómitos, pérdida de conciencia, agitación o taquicardia”.
Reacción sanitaria
Las autoridades médicas australianas proporcionaron un minucioso estudio al respecto de la reducción de riesgos en el consumo de neocannabinoides en 2008. En él, se trata la cuestión del tratamiento en urgencias por consumo agudo de estas sustancias. “No hay medicamentos específicos para la intoxicación por Cannabinoides Sintéticos”, sostienen los profesionales. “El fundamento del tratamiento es tratar los síntomas que se presentan. Los síntomas suelen ser autolimitados y se resuelven probablemente en 4-14 horas. Por lo tanto”, continúa, “cuando se presenta en urgencias, el tratamiento con hidratación intravenosa, electrolitos y monitorización debería ser suficiente. Durante la monitorización, los clínicos deben buscar cualquier razón para intervenir con el tratamiento de la morbilidad renal, neurológica o cardiovasculares. Los individuos que presentan ansiedad, pánico, agitación y excitación como resultado del uso de cannabinoides sintéticos pueden beneficiarse de la administración de Lorazepam, una Benzodiacepina. Dependiendo de la gravedad de la intoxicación, el médico puede considerar los servicios de tratamiento hospitalario o residencial, que pueden proporcionar cuidados intensivos a los individuos, especialmente si están pasando por las primeras etapas de la abstinencia”.
Reducción de riesgos en el consumo de neocannabinoides
El documento de Drug Policy Alliance concluye con un epígrafe en el que denuncia que la demanda de estos productos persiste, a pesar de los intentos de prohibir la oferta. “Se necesita un marco regulador para controlar el mercado. Si no se exige el etiquetado y la consistencia del producto productos, las personas decididas a utilizar estos productos no tendrán ni idea de lo que están adquiriendo”. Por eso, en lugar de una mayor criminalización, los enfoques alternativos para reducir las muertes accidentales y las hospitalizaciones relacionadas con el consumo de drogas, que buscan mejorar la salud pública, atender a las poblaciones vulnerables y proteger a los jóvenes, deberían incluir a juicio de la organización, la obtención por parte de poblaciones vulnerables de servicios de divulgación y recursos informativos. También recomiendan proporcionar educación integral sobre las drogas y las nuevas sustancias emergentes, como mencionamos al principio.
La tercera recomendación es la supervisión de planes para gravar y regular el Cannabis como medio de reducción de la demanda de Neocannabinoides.
El uso de la lógica en el consumo, podría aconsejar no consumir ningún producto del que se desconoce la composición o procedencia. En caso de duda, podría suministrarse una muestra del producto en cuestión a servicios de análisis gratuitos como los de ConsumoConciencia, Energy Control o AI LAKET!.
Consumo en España
Los neocannabinoides siguen siendo una sustancia de uso residual, debido quizás a la percepción general en tanto es fácil conseguir Cannabis regular. Según la encuesta EDADES de 2019-2020, al respecto de los NPS, el 81% de la población indica que nunca ha oído hablar de las sustancias de este tipo, porcentaje que se ha incrementado con respecto al obtenido en el año 2017 (73,8%).
El consumo de estas nuevas sustancias, en el marco temporal de alguna vez en la vida, únicamente se presenta en un 1,7% de la población de 15 a 64 años que manifiesta haber consumido estas nuevas sustancias. La prevalencia de consumo obtenida por el Spice apenas llega al 0,6%, según la encuesta.
Las moléculas de neocannabinoides todavía están lejos de consumirse de forma masiva en nuestro país, sin embargo, es necesario conocer estos productos en profundidad, para dar cobertura a una reducción de riesgos efectiva y preocupada por la salud pública.