Arnau Alcaide
La consultora financiera Deloitte, entidad que entre otras tareas financieras se dio a conocer en España durante la crisis de 2008 por ser una de las empresas más grandes del mundo en la calificación de productos financieros, presenta su informe a 3 años de la economía generada por la industria de la Cannabis en Canadá y en Ontario, la región administrativa más poblada y que es también la punta de lanza de esta economía.
En el informe que analiza el período de 3 años iniciado en octubre de 2018, la consultora atribuye al cannabis un crecimiento del PIB de Canadá del 2,5%, por un valor de mercado de 38.540 millones de euros, de los cuales un tercio han ido a la recaudación estatal. Además, la inversión realizada genera el doble del valor en la economía de alrededor, al crear muchos puestos de trabajo para el sector productivo y servicios derivados. En Canadá han sido 150.000 puestos de trabajo.
Si pensamos en el impacto en España de una regulación, teniendo en cuenta que las poblaciones son relativamente similares, se podría esperar que también tuviese un volumen de mercado similar o superior, respaldado por una creciente economía productiva. La misma recaudación, 13.000 millones de euros, sería equivalente a más de dos veces lo presupuestado para Sanidad a nivel estatal, sin tener en cuenta el grueso del gasto en las autonomías.
En este sentido, una industria dedicada a cubrir la demanda interna de España como la de Canadá tiene capacidad para generar, al menos, los 38.540 millones de euros que ya genera Canadá, pasados tres años. Canadá lo hace sumando la pequeña aportación de unas exportaciones para las que solo cuenta con la ventaja competitiva de la legalidad.
Cabría reducir pues para España la creación de riqueza de las diferencias salariales, aumentar la generada por la demanda de los 9 millones más de población que somos y calcular las exportaciones realizables en un entorno competitivo dentro de la UE, que tiene un mercado ilegal del cannabis en transformación de hasta 11 billones de euros.
Además, existe margen para considerar que como país turístico, caído el prejuicio sobre la cannabis, de igual manera que es un país que sirve mucho alcohol a turistas, podría ver aumentado el mercado de la cannabis por ese lado.
Un planteamiento proteccionista para mejorar su balanza comercial
Canadá aplica una política proteccionista de incentivar el nacimiento y posicionamiento de la industria del país para proveer su propia demanda, y exporta un volumen del 0,1% de lo producido, principalmente flor, explica Prohibition Partners en uno de sus informes.
Una estrategia similar ha seguido ya Alemania, que será el mercado más grande de la UE para el cannabis medicinal y al que España debería haber aspirado a dirigir sus relaciones comerciales. Pero esas han sido hasta la fecha y en exclusiva de la familia Abelló, aunque podrían haberse sumado ya otras dos compañías privilegiadas.