Arnau Alcaide
Dos estudios de entre 50 y 90 participantes publicados en el último medio año desmienten el conocido como síndrome amotivacional que viene a decir que el consumo de cannabis tiene resultados negativos sobre la predisposición a realizar tareas o actividades, a esforzarse en general. Estas dos investigaciones no solo refutan la afirmación, sino que señalan efectos positivos del consumo sobre la motivación que permite abordar tareas más duras.
Las investigaciones separan a la población en el grupo usuario y el grupo de control y utilizan el juego o test de Esfuerzo en la Tarea a cambio de Recompensa, una prueba ya establecida en la psicología que es la misma que viene siendo utilizada como herramienta de medición por las investigaciones que han concluido el síndrome amotivacional.
Efectos positivos del consumo de cannabis sobre el esfuerzo
«Encontramos que los usuarios de cannabis seleccionaron pruebas difíciles significativamente más que los no usuarios, independientemente de la probabilidad de ganar o el nivel de recompensa. La frecuencia de consumo de cannabis se correlacionó positivamente con la cantidad de % de pruebas duras elegidas. No hubo correlaciones significativas entre el % de pruebas difíciles elegidas, la anhedonia autoinformada o la motivación«, dice el primero de los estudios,
Titulado «Toma de decisiones relacionadas con el esfuerzo y consumo de cannabis entre estudiantes universitarios», incide en su motivación en que las investigaciones que han sugerido la hipótesis del síndrome amotivacional «han utilizado una metodología divergente y no han controlado las variables de confusión clave».
Acuff, S. F., Simon, N. W. y Murphy, J. G. (2022) destacan de hecho que el 68% de las personas seleccionadas por su consumo habitual reunirían las condiciones que hoy en día se consideran adicción o consumo problemático, trastornos que se demostrarían por la existencia de efectos negativos en un consumo que no cesa, como la falta de motivación.
«El presente estudio amplía estos hallazgos al examinar la relación entre el consumo de cannabis y la toma de decisiones relacionadas con el esfuerzo en una muestra de estudiantes universitarios. Los estudiantes que usaban cannabis (n = 25; el 68 % cumplía con los criterios para el trastorno por consumo de cannabis [es decir se le presupondrían problemas derivados de ese consumo según el estado de la ciencia]) y los que no usaban cannabis (n = 22) completaron la Tarea de gasto de esfuerzo para recompensas (EEfRT)», explica de la metodología.
«Los resultados proporcionan evidencia preliminar que sugiere que los estudiantes universitarios que consumen cannabis tienen más probabilidades de esforzarse para obtener una recompensa, incluso después de controlar la magnitud de la recompensa y la probabilidad de recibirla. Por lo tanto, estos resultados no respaldan la hipótesis del síndrome amotivacional», concluyen.
Las personas usuarias seleccionan pruebas más difíciles
El segundo de los estudios, titulado «Efectos residuales del cannabis en la toma de decisiones», fue publicado en julio de 2021 en el Journal of the International Neuropsychological Society por Mackenzie Taylor y Francesca Filbey.
Su objetivo, tomando por cierto que colocarse mucho o la «intoxicación aguda» lleva a una falta de motivación, como cita de investigaciones con THC aislado, era estudiar qué efectos tenía el consumo a posteriori sobre el estado de la persona. Para ello, las 41 personas usuarias realizaban el test de Esfuerzo-Recompensa tras 24h de abstinencia y las 45 no usuarias hacían de grupo de control en el mismo test, con medias de edad similares y representación de ambos géneros.
De esta investigación es característica la suma prudencia heredada de la prohibición al presentar los efectos positivos del cannabis que descubre, pues no quiere combatir la contradicción de los efectos positivos y la encaja solo ante supuestos de abstinencia 24h posterior al consumo, incluso cuando encuentra resultados que señalan que a mayores niveles de consumo, mayores efectos positivos. Sí se moja, no obstante, al refutar el síndrome amotivacional.
«Encontramos que los usuarios de cannabis seleccionaron pruebas difíciles significativamente más que los no usuarios, independientemente de la probabilidad de ganar o el nivel de recompensa. La frecuencia de consumo de cannabis se correlacionó positivamente con la cantidad de % de pruebas duras elegidas«, se explica. Las correlaciones han sido cuestionadas con un prueba ANOVA para tratar de despejar su posible casualidad no causal. «Nuestros resultados no respaldan la hipótesis desmotivacional sino que, en cambio, el consumo de cannabis está asociado con una mayor probabilidad de seleccionar ensayos de alto esfuerzo».