Benito Díaz
Las grandes empresas del cannabis titubean. Pequeñas empresas luchan por mantenerse a flote en un mercado en el que ha cundido la duda al respecto de la rentabilidad de las acciones. Las dudas con la legislación del producto, la alta competencia de precios, así como las barreras de entrada en el mercado y la creciente inflación, han dado con la desconfianza de inversores, que generan sin embargo una buena oportunidad de compra.
Mientras en lugares con regulaciones estatales, los negocios del cannabis aumentan y se expanden, el mercado estadounidense se resiente con las dudas sembradas en cuanto a la regulación del cannabis en todo el país. Esto produce inquietud en los índices nacionales e internacionales, sin duda, influenciados por los americanos que son tomados como referencia en los precios de productos, innovaciones, etc. A pesar de ser mercados separados de índices como el Down Jones o la red NASDAQ, empresas como Aurora Cannabis ya han registrado cotizaciones a la baja con porcentajes del 3,8% o Hexo (2,13%). Incluso la todopoderosa Canophy Growth ha experimentado bajadas hasta del 4,77%, circunstancias que han llegado a hacer pensar que se puede estar vislumbrando un reventón en la llamada “burbuja del cannabis”
La visión de este mercado, impensable hace algunos años, tiene otro punto de vista que alcanza el optimismo. Si bien los mercados indican una bajada, también ofrecen un buen momento para invertir barato en unos posibles que podrían significar un lucrativo negocio de futuro.
Dudas
La discusión en el congreso de los EEUU, donde se viene hablando de regulación y ha propuesto una despenalización del cannabis, ha conseguido que los inversores contengan la respiración. Cannabis medicinal en algunos estados, cannabis de Uso adulto y Medicinal en otros, prohibición total en la mayoría, algunas voces apuntan a que se aproxima un cambio. Eso no impide que la inquietud se refleje en el precio de las acciones, ya que los cambios podrían incluir a algunos, a todos, a un punto de vista en la aplicación del cannabis, a ambos, o, en el peor de los casos, a ninguno.
A este factor hay que sumar la escasez en la cadena de abastecimiento del cannabis, que se explica con las condiciones anteriores, ya que la producción de cannabis se produce en ciertos estados con legislación adecuada a la situación, dejando fuera a otros estados, entorpeciendo la cadena de distribución y haciendo subir el precio del servicio, allí donde se dé.
El precio del producto es otra cuestión a tener en cuenta, ya que, como decíamos, el mercado norteamericano es la referencia mundial para la fijación de valores. Sin embargo, la proliferación de medianas y pequeñas empresas ha introducido una competencia fuerte en cuanto a los precios, abaratando el producto más que el rival para una mayor venta en lugares autorizados. La subida de precios general o inflación en combustibles, envases, recursos naturales, etcétera, está jugando también un papel clave en la afluencia de personas que deciden emprender o comprar acciones en los índices bursátiles del cannabis.
Otros datos sobre las pérdidas de las grandes empresas de la marihuana son las bajadas de empresas relacionadas con la producción, como Curaleaf. La empresa de Massachusetts bajó un 0.83%, seguida de OrganiGram Holdings con un 3.47% y siendo GrowGeneration la que acusó más pérdidas, con un 5.73%.
Las ventas mundiales de cannabis previstas para 2022, sin embargo, podrían alcanzar más de 35 mil millones de dólares, con un salto interanual del 22% según BDSA, una firma de investigación de mercado centrada en el sector del cannabis.
Certezas
Hay quien puede ver en estos descensos una buena oportunidad de compra para internarse en los mercados de la marihuana. Según empresas de inversión especializadas como la alemana Juicy Fields, el cannabis es un valor seguro que proporciona rentabilidad. En un artículo aparecido en Inversion.es, la empresa “asegura” la rentabilidad en inversiones mínimas que pueden ir desde 50 euros hasta 2.000. “Pasados 108 días (los que la empresa considera necesarios para preparar y distribuir una cosecha) el inversor obtiene ganancias de entre 68 euros y 1.200 euros”, aseguran los responsables de Juicy Fields, que afirman que se trata de una inversión segura al 99%, siendo ese 1% restante la toma en cuenta de situaciones excepcionales como “acciones militares o catástrofes naturales”. Facilidades de entrada, inversión a largo y corto plazo, la empresa ofrece más rentabilidad en los segundos productos mientras extiende sus plantaciones por Portugal, Colombia, Macedonia Norte, Costa Rica o Dinamarca.
El cannabis es un producto no sustitutivo con una gran demanda, tanto en nuestro país como en el resto de Europa. Los estudios la sitúan como la segunda sustancia ilegal más consumida, con altos índices de prevalencia entre la población, con datos como los de Sanidad de 2020, en los que el 37,5% de la ciudadanía española afirmaba haber consumido cannabis alguna vez en su vida, además de un 2,9% que decía consumir a diario, 1.363.000 personas. En los últimos 20 años, los consumidores diarios han crecido un 93%, según estas aproximaciones. Esta información, podría animar a ciertos inversores, que vean en el mercado a la baja una oportunidad de compra de acciones a mercados de futuro con potencial de ser uno de los grandes negocios de los próximos años, eso sí, en un escenario con regulación y legalización del cannabis.