Arnau Alcaide
El Observatorio Europeo de Consumo y Cultivo de Cannabis presenta un informe que analiza las diferencias principales en el abordaje de la ley del cannabis medicinal por las dos vías posibles: la ley o el reglamento. Se trata de mecanismos regulatorios diferentes que podrían estar dentro de poco sobre la mesa de la subcomisión del Congreso y que determinarían un encaje del cannabis medicinal que permitiese o no la planta.
El informe será entregado a la subcomisión del Cannabis Medicinal del Parlamento el 9 de mayo, durante la comparecencia de la presidenta del Observatorio Cannabis, Noemí Sánchez Nàcher, paciente e investigadora.
Mientras que una ley permite pasar por encima de las anteriores, entre las que se cuentan la ley franquista del 67 de estupefacientes, un reglamento no, con lo que el mero abordaje por esta vía supondría un encorsetamiento del acceso al cannabis medicinal, sobre todo de las opciones menos transformadas y el autoabastecimiento. Es decir, del cannabis natural de procedencia agrícola y del autocultivo, las opciones indiscutiblemente más accesibles, también por precio.
“Es muy importante la forma concreta normativa, una ley puede hacer tabla rasa y regular de nuevo, un reglamento se sujeta a la normativa pre existente que es bastante angosta”, aseguró César García-Vidal Escola, penalista especializado en cannabis, al presentar el informe del que es autor, Cannabis Medicinal: Ley o Reglamento, el pasado jueves en rueda de prensa.
O del sendero más rápido para promover un oligopolio
No es casual que este sea el segundo título del informe. «Si se opta por una vía reglamentaria, se tiene que optar por una norma existente», explica García. Esto remite finalmente a la autorización de la Agencia del Medicamento, frenando el acceso a la producción de cannabis medicinal a agricultores, sometiendo el proceso a oscuros en la concesión de licencias que aún no se conocen y eliminando la opción de incluir el autocultivo medicinal.
«Tardas un año en la aprobación del proyecto y luego otro en conseguir los certificados de que se produce de conformidad con los requisitos médicos», explica del gran freno a la entrada de la agricultura en un sector que se queda la industria farmacéutica.
