Eco Maria (Patrocinado)
No todos los cultivadores tienen la suerte de tener un espacio privado y propio para el autocultivo que esté alejado de la población y sea prácticamente indetectable. Una solución de cultivar de forma discreta y muy económica es el conocido método de guerrilla.
Elegir el lugar perfecto
Todo el éxito del cultivo depende del lugar de plantación elegido. Si eliges un sitio desfavorable, la planta puede morir incluso antes de la formación de cogollos o no germinar en absoluto. El bosque es uno de los mejores y más seguros lugares para cultivar cannabis al aire libre. Deberemos buscar una zona que retenga bien la humedad, tenga suelo fértil y otra vegetación que esconda perfectamente nuestras plantas.
Otro lugar muy común para los cultivos escondidos de cannabis son los campos de agricultores en todo el país. Suelen ser sitios apartados de tráfico intenso, las propias plantas de los huertos pueden esconder el cannabis y tienen acceso fácil a agua y mucho sol.
Normalmente, el suelo forestal tiene un pH ligeramente más bajo. Antes de escoger el lugar definitivo estaría bien realizar mediciones de EC y de pH o acidez en el suelo para saber si esa tierra puede dar lo máximo de nuestra cannabis de guerrilla. Otro punto importante a la hora de escoger un suelo para hacer un cultivo de guerrilla es la capacidad de drenaje.
Zonas con mucho Sol, horas e intensidad
La planta de cannabis necesita recibir al menos 8 horas de luz de buena calidad al día para satisfacer plenamente sus necesidades y generar la suficiente energía para crecer y/o florecer. Las hojas recogen los rayos y realizan la conocida fotosíntesis para generar alimento. Cuantas menos horas de luz reciba la planta, menos crecerá en tamaño y rapidez.
Seguridad y ocultación a terceros
Este requisito puede considerarse uno de los más importantes, de lo contrario el cultivo de guerrilla puede acabar de manera brusca y peligrosa. El sitio de siembra de cannabis para realizar guerrilla debe estar ubicado lejos de carreteras, caminos y lugares concurridos. Debe siempre esconder el cultivo de guerrilla entre plantas y zonas de difícil acceso, siempre teniendo en cuenta la fertilidad de la tierra y la cantidad de luz que recibe ese lugar.
Una excelente forma de comprobar si alguien se encuentra en el territorio seleccionado es dejar dinero u otros objetos de valor en un lugar visible. Si después de un par de semanas permanecen en sus lugares, entonces podemos estar casi seguros de que el lugar está bastante desierto y es seguro para plantar cannabis a escondidas.
Recordamos además que el cultivo está tipificado en el código penal y, aunque el autocultivo no es delito, sino falta, pese a no estar debidamente regulado, el cultivo de guerrilla con fines de autocultivo no se practica en el domicilio y puede acarrear aún mayores riesgos legales.
Utilizar preventivos naturales
Para combatir plagas y enfermedades, se recomienda abandonar los productos sintéticos o químicos. Tienen un efecto negativo en la calidad del cultivo y también pueden dañar la salud del cultivador en la etapa de uso del producto terminado. El uso de pesticidas químicos también estropea la naturaleza que nos rodea y provocaremos daños duraderos en el ecosistema.
Comprar genéticas de variedades resistentes
Todo cultivador siempre empieza por elegir la variedad de cannabis que quiere cultivar en guerrilla. Es aconsejable encontrar una variedad sin pretensiones y resistente al estrés, necesitamos que no muera en ausencia de una atención constante. Se recomienda elegir semillas estrictamente feminizadas. Si aparecen arbustos machos en la plantación, serán más difíciles de detectar a tiempo, polinizarán a las hembras, y detendrán la producción de resinas y THC. En este caso, puede olvidarse de una cosecha eficiente y de alta calidad. La elección de genéticas autoflorecientes y rápidas en florecer puede ser la clave en regiones con climas adversos o donde el verano no dura casi tiempo.