Arnau Alcaide
La junta directiva de la asociación cannábica histórica de Barcelona, La Maca, ha visto reducida su condena, que pasa de un total de 31 años entre todos a: dos absoluciones, un año de condena para tres personas y seis meses para el último. Esto implica que al quedar por debajo de los dos años no entrarán en prisión, salvo que se acumulen otras penas, lo que sí les dificultará la dirección de asociaciones cannábicas.
La directiva presentó el recurso que ha permitido aminorar las penas al Tribunal Supremo, tras ser condenada por la Audiencia Provincial de Barcelona y cerrada preventivamente. Se trata de la asociación pionera a través del Dr. Joan Parés en ofrecer el servicio medicinal, proyecto que daría lugar al servicio estructurado por ámbito geográfico que ofrecen Kalapa Clinics o Smoking Maps; un germen de proyectos transformadores de la sociedad, haciendo política desde agrupaciones cannábicas del tercer sector como CatFAC, ConFAC, REMA y ENCOD.
De un total de 6, hay tres cargos directivos condenados por delito contra la salud pública, 6 meses, y asociación ilícita, otros 6, y un cuarto condenado solamente por delito contra la salud pública, con 6 meses. Los otros dos han sido absueltos de la condena que les impuso la Audiencia Provincial de Barcelona.
El Supremo aceptó casi todos los puntos del recurso presentado, entre los cuales está el argumento de que no se puede aplicar la notoria importancia cuando las cantidades no superan la suma del autocultivo de cada uno, hasta 10 kg. También eliminar el delito de asociación ilícita a un acusado o las dos absoluciones, basándose en la menor participación, entre otras cuestiones de forma.
La resolución del Supremo, a la que ha tenido acceso Cannabis.es, dedica unas 10 páginas a definir el error de tipo, que deriva en hechos penales, y el error de prohibición, que no, para estimar que en el caso de La Maca fue vencible, lo que implica que no se puede apreciar delito pero no conlleva la absolución total porque se entiende que se podía saber que los hechos eran delictivos, aunque se creyese que no. Una consideración, la del error vencible, que reciben la mayoría de las sentencias desde la de 2015 a Pannagh, citada en la presente resolución.
Entre los miembros directivos se cuenta, casualmente o no, José Afuera, portavoz de la Confederación española y antiguo presidente. Esta reducción no ocurrió para Albert Tió, presidente de FedCAC, y Víctor Segués, que fue rechazada en el Supremo, manteniendo las penas de la Audiencia Provincial, y por los pelos le vino a Martín Barriuso, que tuvo que llegar al Constitucional en un recurso histórico, apelando a que se vulneró su derecho a un juicio justo.
La Maca nació en 2006 y fue de las primeras asociaciones en poner en funcionamiento el modelo que había inaugurado ARSEC en los 90, pero con la salvedad de que se basó en los límites que estableció el Supremo para ARSEC al intervenir su primer cultivo. La Maca sí logró distribuir durante años su autocultivo mancomunado.
«Yo no he pasado miedo, si es que no hemos hecho nada», nos cuenta el propio José Afuera. «La verdad es que en el recurso hemos buscado no ir a la cárcel y no lo hemos hecho muy político, aunque a mí me hubiese gustado», ha valorado del éxito agridulce. La Maca tuvo que cerrar durante el proceso judicial y deja la organización civil necesaria para transformar la política de drogas y poder volver a abrir en el futuro.