Benito Díaz
La tardanza de Kathy Hochul, gobernadora del estado de New York, y su equipo en finalizar el proyecto de regulación del cannabis de uso adulto, ha dado como resultado la aparición multitudinaria de negocios de venta de cannabis sin licencias. Estos espacios grises preocupan a ciertos analistas sobre la marcha de este negocio millonario. Las licencias para la comercialización del cannabis de uso adulto están proyectadas para finales de 2022, principios de 2023, pero las primeras licencias de cultivo ya han sido entregadas.
Los avances en materia regulatoria de New York se han desarrollado con rapidez desde 2019, cuando el gobernador Andrew Cuomo introdujo en la agenda la regularización como uno de sus objetivos legislativos. En aquel entonces, el cannabis terapéutico ya estaba regulado en el estado, sin embargo, su uso estaba muy restringido a pacientes con patologías de extrema gravedad. Por su parte, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, ya descriminalizó de facto la posesión de cannabis en espacios públicos, ordenando a los cuerpos policiales que evitasen detener a personas con pequeñas cantidades de marihuana para uso personal. Y es desde hace un año que la posesión y el consumo de cannabis es legal en el estado de New York para mayores de 21 años.
La demora en el establecimiento de las licencias de venta quizás viene debido a las disposiciones establecidas para garantizar la justicia social y las oportunidades de venta minorista de cannabis para sectores oprimidos por la persecución y criminalización ejecutada por las políticas de la Guerra contra las Drogas, cuya duración y actuaciones ha arrasado comunidades enteras en todo el país y en el resto del globo.
Zonas grises
Establecimientos sin licencia, pequeños escaparates, locales ocultos, han copado las zonas más bulliciosas y tradicionales de la ciudad, tales como el Lower East Side de Manhattan, lugares de Brooklyn o el Upper West Side. Debido a que las primeras licencias no empezarán a otorgarse hasta el otoño, los negocios cercanos a la “ilegalidad” han encontrado su lugar para comenzar la comercialización antes de la emisión de dichas licencias y satisfacer la creciente demanda. Por el momento, los productos no están sujetos a tipos fiscales, por lo que los precios son muy competitivos. Según la información ofrecida por el diario The Guardian en su artículo titulado, “Aparta, Giuliani: cómo las lagunas provocaron una era dorada del cannabis en New York”, negocios ambulantes estilo “food truck”, pululan por las zonas antes mencionadas, además de negocios que se van transformando de una cosa a otra.
De la clandestinidad a la legalidad, negocios escondidos que existían desde hace tiempo, ven la oportunidad de seguir operando sin las cortapisas de la exposición pública y, con la ausencia de regulación fiscal, también son libres de entrar en el libre mercado de precios.
Regulación y mercado de uso adulto
El estado de New York ya cuenta con un apartado para la Oficina de Gestión del Cannabis en su página web, donde es de suponer que aparezca el formulario para obtener la licencia de venta, junto con la solicitud de cultivo para plantar marihuana con más del 0,3% de THC, destinada al uso adulto.
La regulación proyectada para New York es una de las más permisivas y avanzadas del país. A diferencia de sus paisanos californianos, a los neoyorkinos se les permitirá consumir Cannabis en cualquier lugar donde esté permitido fumar tabaco, por ejemplo. Sin embargo, también estipulará que está prohibido vender cualquier tipo de producto del Cannabis sin la correspondiente licencia, punto que el mercado gris ha superado, pidiendo que se entregue una “donación” a cambio de los productos, o entregarlos como “regalo” al adquirir camisetas, membresías de clubes u otros servicios.
Las medidas que se están aplicando para evitar estos espacios grises, son complejas de aplicar. Según parece, muchas de las personas que están llevando a cabo estos negocios, son las mismas personas que están intentando acceder a las licencias. Además, el estado está interesado en que se generen estos emprendimientos para que la industria del cannabis de uso adulto se consolide, contando entre ellas a personas pertenecientes a los grupos oprimidos durante la Guerra contra las Drogas. Ya en marzo, el estado anunció que la primera ronda de licencias para cannabis de uso adulto, estarían destinadas a personas con condenas relacionadas con el cannabis y empresarios asociados. Estas licencias, al menos el 50% de ellas, serán entregadas a personas solicitantes de capital y se creará un fondo público-privado de 200 millones de dólares para ayudarles.
Voces de la Industria
Desde PharmaCann, operador multiestatal del Cannabis con sede en Illinois, afirmaron que New York debe frenar la actividad ilegal, “incluso si eso significa tomar medidas enérgicas contra algunas personas a las que el estado espera persuadir para que se unan a la industria regulada”. “La actividad del mercado ilícito en Nueva York, socava el objetivo de la Asamblea General de crear un mercado regulado diverso y generador de ingresos para desplazar el mercado ilícito”, afirmó Jeremy Unruh, vicepresidente senior de asuntos públicos y regulatorios de PharmaCann, en declaraciones a MJBizDaily
“El estado de Nueva York está construyendo un mercado de cannabis legal y regulado que garantizará que los productos sean probados y seguros para los consumidores, al tiempo que brindará oportunidades a las personas de las comunidades más afectadas por la criminalización excesiva de la prohibición del cannabis: las operaciones ilegales socavan nuestra capacidad para hacerlo”, explicó Aaron Ghitelman, Director Adjunto de Comunicación de la Oficina de Gestión de Cannabis en declaraciones.
La ley de regulación en New York se considera la próxima gallina de los huevos de oro del país. Según informes, se prevé que el mercado cannábico de la Gran Manzana alcanzará un valor de entre 3.700 y 5.800 millones de dólares en tan solo cinco años.