Benito Díaz
En Suráfrica, desde 2018, se puede transportar, plantar y consumir cannabis en el ámbito privado. También están regulados los usos medicinales de la “dagga”, como se conoce a la planta en este país, así como la venta de productos del CBD. Su legislación avanza en este momento hacia el uso adulto regulado y la creación del sistema industrial necesario para el comercio nacional e internacional, a la conclusión del ejercicio 2022- 2023.
En abril de 2021, se propuso el borrador de ley para la reforma del cannabis industrial y del uso adulto, intentando subsanar las ambigüedades de los proyectos anteriores. Si bien estos proyectos habían logrado esclarecer lagunas al respecto de los ámbitos privados, dejaban fuera muchas consideraciones que afectaban a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Cyril Ramaphosa, presidente de Suráfrica, ha explicado en varias ocasiones que tiene la intención de crear una industria del cannabis, cuyo establecimiento crearía más de 130.000 empleos a nivel nacional. El pasado febrero, el ejecutivo planteó una aceleración del proyecto, asegurando que “vamos a acelerar las políticas y las regulaciones para el uso del cannabis, sobre todo del medicinal en las zonas de Cabo Oriental y KwaZulu-Natal”. Aunque las intenciones de los legisladores parecen firmes, el proyecto lleva estancándose en el parlamento desde 2020, anterior fecha en la que el presidente anunció una regulación.
Proyecto de ley
Los aspectos a regular, tras una historia de lucha activista en medio de un ambiente tan convulso como el de la historia de Sudáfrica, son el consumo de Uso Adulto y la creación de una industria del Cannabis.
El conocimiento de este reglamento es poco conocido, sin embargo, se puede vislumbrar a través de la entrevista que concedió el ministro de finanzas, Tito Mboweni. “Debemos avanzar lo más rápido posible hacia la legalización”, explicó al medio cannábico Cannabiz-Africa. “Ya está creciendo con profusión en todo el país, pero especialmente en el Cabo Oriental. Cuando se legalice, es probable haya al menos 4.000 millones de rand (moneda surafricana) en ingresos fiscales solo en partes de esa provincia, especialmente en lo que antes se conocía como Transkei”.
Las palabras del ministro, se pueden traducir en nuevos impuestos y nuevos sistemas de licencias para lxs cultivadorxs. Las infraestructuras que producen Cannabis de Uso Terapéutico, ya están establecidas por todo el país, con lo que solo tendrían que adecuarse a los usos ya registrados en legislaciones anteriores.
En el ámbito del Uso Adulto, sería preciso regular las cantidades permitidas en el transporte y establecer unas líneas claras a seguir, lejos de espacios grises y ambigüedades que derivan en sanciones graves, como las penas de dos años de cárcel por consumir en público o los cuatro si se hace cerca de menores. Estas sanciones, explican los medios locales, es raro que se ejecuten, pero están contempladas.
Cannabis legal en la actualidad
Las legislaciones establecidas desde el histórico fallo del Tribunal Constitucional de Sudáfrica, se han sucedido para avalar distintos usos y productos del Cannabis.
Antes de la regulación, el Cannabis era ilegal en su posesión, consumo, cultivo, transporte, incluso para uso personal. Sin embargo, al tratarse de una nación con relativa permisividad en el uso del Cannabis, estas infracciones podrían llegar a resolverse con amonestaciones o sanciones económicas.
En 2008, el fallo del Tribunal Constitucional decidió la regulación de los usos personales del Cannabis. “No será delito que una persona adulta consuma o esté en posesión de Cannabis en privado para su propio consumo” afirmó entonces el vicepresidente del Tribunal Supremo Raymond Zondo. Las leyes antes establecidas, comunicó el Tribunal, violaban el derecho a la privacidad.
Regladas las condiciones, se estableció el cultivo permitido de hasta cuatro plantas por persona en los hogares, hasta ocho en aquellos donde convivan dos personas o más. Hasta 600g de flores de Cannabis en esas casas, 1200g si conviven dos personas o más. También se acordó que una persona puede poseer en vía pública hasta 100g, dando lugar a una de las legislaciones más permisivas con el Cannabis del mundo, en ese aspecto.
El comercio de productos con menos del 0,1 de THC, pero ricos en CBD, también son permitidos en Sudáfrica, que cuenta con una floreciente industria de estos consumibles, tales como aceites, etc.
El Cannabis Terapéutico, bajo exclusiva prescripción médica, se legalizó en 2017. “El cultivo de cannabis medicinal tendrá como objetivo garantizar el suministro de un producto estandarizado y de calidad garantizada para fines de investigación médica, científica y clínica”, explicó el gobierno a través de un comunicado. También destacaron que “el cannabis producido, así como cualquiera de los productos resultantes, estarán sujetos a estrictas medidas de seguridad y control de calidad”.
Suráfrica, un país que ha sufrido las consecuencias de políticas racistas y colonialistas que promulgaron el aparheid y la violencia institucional contra el pueblo, ha tenido que poner en funcionamiento toda su maquinaria legislativa para alcanzar los objetivos que algunos medios fijan en el desarrollo general de África como continente en una carrera por el negocio multimillonario del Cannabis, fijándose por ejemplo en Uganda, Zimbawe o Marruecos.
Espacios grises
Voces críticas con estos procesos, denuncian que las regulaciones ya establecidas dejan cualquier tipo de decisión en manos del agente de policía o del juez. En un primer momento, será el agente el que decida si el Cannabis que transporta una persona es para uso propio o destinado a otros fines. También preocupa que las medidas de consumo propio en el hogar, estén destinadas para personas que tengan un lugar en propiedad, siendo como decíamos al principio, contraproducente para comunidades que no poseen tierra. Así, productores tradicionales y artesanos de Cannabis, no tendrían cabida en esta legislación.
“El enfoque sigue siendo restringir el acceso y el uso del cannabis contra la amenaza de consecuencias legales bastante severas en forma de multas y tiempo en la cárcel”, explicaron desde la firma legal Cliffe Dekker Hofmeyr, que examina la cuestión de la prohibición del Cannabis para el comercio.
“Además, al prohibir el intercambio de remuneración por cannabis, plantas, semillas y plántulas de cannabis, el proyecto de ley contempla el altruismo idealista mientras ignora por completo las realidades comerciales involucradas en el cultivo, procesamiento y suministro de cannabis para consumo personal. En la práctica, esto equivale a una legislación contraproducente, que obliga a la persona promedio a obtener cannabis de forma ilícita, refuerza el mercado negro existente y priva a la economía de los ingresos fiscales alcanzables”, insisten desde el bufete.
Para los abogados, la conquista de los derechos sobre el Cannabis debe beneficiar a toda la comunidad, no solo a aquella que tenga el dinero suficiente como para gestionar un cultivo con licencia para su exportación medicinal, a las empresas farmacéuticas o a sus socios exclusivos en otras empresas o en el gobierno.