Arnau Alcaide
Las Naciones Unidas comunican a través de su Secretario General el pasado 26 de junio, Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, su deseo de apoyar a las personas usuarias y combatir el mercado ilícito de drogas en un contexto de empobrecimiento y crisis climática, propicio para el abuso.
«En este Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, renovamos nuestro compromiso de poner fin a este flagelo y apoyar a quienes son víctimas de él. Esto incluye soluciones de políticas no discriminatorias centradas en las personas, la salud y los derechos humanos […]. También debemos fortalecer los servicios de tratamiento y apoyo basados en la ciencia para los usuarios de drogas, y tratarlos como víctimas que necesitan tratamiento en lugar de castigo, discriminación y estigma, incluido el tratamiento para quienes viven con enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA y la hepatitis», podemos extraer en positivo.
El documento mantiene no obstante la retórica naturalizada del combate contra el tráfico, el mal absoluto que siempre existirá, y no reflexiona sobre las causas de este que radican en la actual política prohibicionista. Es además paternalista con las personas usuarias en tanto que las desea proteger de causarse daño a sí mismas, pero no asegura transformaciones del derecho para protegerlas de la violencia que los estados les causan en el marco de la ley internacional.
Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas
El Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas de este año destaca el impacto de los desafíos de las drogas en las crisis humanitarias y de salud.
Los conflictos, los desastres climáticos, el desplazamiento forzado y la pobreza extrema crean un terreno fértil para el abuso de drogas, y la COVID-19 empeora aún más la mala situación. Al mismo tiempo, es mucho menos probable que las personas que atraviesan emergencias humanitarias tengan acceso a la atención y el tratamiento que necesitan y merecen.
Mientras tanto, los delincuentes se están beneficiando de la miseria de la gente, con la producción de cocaína en niveles récord y un aumento de cinco veces en las incautaciones de metanfetaminas y una casi cuadruplicación de las incautaciones de anfetaminas durante la última década.
En este Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, renovamos nuestro compromiso de poner fin a este flagelo y apoyar a quienes son víctimas de él.
Esto incluye soluciones de políticas no discriminatorias centradas en las personas, la salud y los derechos humanos, respaldadas por una cooperación internacional fortalecida para frenar el tráfico de drogas ilícitas y responsabilizar a quienes se benefician de la miseria humana.
También debemos fortalecer los servicios de tratamiento y apoyo basados en la ciencia para los usuarios de drogas, y tratarlos como víctimas que necesitan tratamiento en lugar de castigo, discriminación y estigma , incluido el tratamiento para quienes viven con enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA y la hepatitis.
No podemos permitir que el problema mundial de las drogas ensombrezca aún más las vidas de las decenas de millones de personas que viven crisis humanitarias.
En este día tan importante, comprometámonos a disipar esta sombra de una vez por todas y a prestarle a este problema la atención y la acción que merece.
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Este año, el Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas destaca el impacto de los problemas relacionados con las drogas en las crisis humanitarias y de salud.
Los conflictos, los desastres climáticos, los desplazamientos forzados y las penurias proporcionan un terreno fértil para el abuso de drogas, y la pandemia de COVID-19 solo empeora una situación ya difícil. Además, es mucho más probable que las personas que viven en emergencias humanitarias no tengan acceso a la atención y el tratamiento que necesitan y merecen.
Por su parte, los delincuentes se benefician de la desgracia ajena: la producción de cocaína se dispara, las incautaciones de metanfetaminas se han quintuplicado y las de anfetaminas casi se han cuadriplicado en los últimos diez años.
En este Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, volvemos a comprometernos a poner fin a este flagelo y a apoyar a quienes son víctimas de él.
En particular, debemos encontrar soluciones políticas no discriminatorias, centradas en las personas, la salud y los derechos humanos, e intensificar la cooperación internacional para detener el tráfico de drogas y hacer rendir cuentas a quienes se benefician de la miseria humana.
También debemos fortalecer los servicios de tratamiento y apoyo basados en la ciencia para ayudar a las personas que consumen drogas y tratarlas como víctimas que merecen ser atendidas y no castigadas, discriminadas o estigmatizadas, y en particular fortalecer el tratamiento para las personas que viven con enfermedades infecciosas como como el VIH/SIDA y la hepatitis.
No podemos permitir que el problema mundial de las drogas enturbie aún más la vida de decenas de millones de personas que viven crisis humanitarias.
En este día tan importante, comprometámonos a disipar esta sombra de una vez por todas, a prestarle a este problema la atención que merece y a tomar medidas.