Benito Díaz
Estados Unidos fue uno de los primeros países del mundo en entrar a fondo en la cuestión de la regulación del cannabis. La planta, cuyo uso adulto es legal en 19 estados, además de permitirse el uso terapéutico en 37 de 50, ha abordado un proyecto de regulación a nivel federal, contra el que se han establecido una serie de lobbies. Indagamos al respecto de estas organizaciones y sus apoyos económicos.
La Ley de Administración y Oportunidades del Cannabis (CAOA) es una propuesta elevada el pasado 21 de julio, que contempla una regulación a nivel federal de la planta y define un marco jurídico para establecer un impuesto federal a la planta, creando normativas por parte de la Food And Drug Administration para sus productos y derivados, por ejemplo.
El borrador de la propuesta lleva circulando desde hace más de un año y ha crecido hasta convertirse en un documento original de alrededor de 300 páginas. Aun así, es solo en estos momentos que se está realizando el trámite para su discusión en el senado, que ya revisa la ley SAFE, habiendo rechazado la Ley MORE, juntando tres propuestas para la regulación, las dos últimas apoyadas por la Cámara Baja pero ninguna por el Senado de los EEUU.
Propuesta de regulación demócrata
La CAOA presenta muchos puntos en común con las anteriores propuestas y cuenta con detractores hasta en sus propias filas. Distintos organismos como los Departamentos de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el Departamento de Impuestos y Comercio de Alcohol y Tabaco (TTB), colaborarían para regular diferentes aspectos de la industria; un nuevo impuesto federal del 5% a pequeños y medianos productores, 12,5% a los cinco años y 10% de inicio y 25% más tarde, a grandes empresas; prohibición de conducir bajo los efectos del Cannabis; 21 años para comenzar el consumo legal; sanciones por el cultivo, fabricación, envío, transporte, recibo, posesión, venta, distribución o compra de 4,5 kg o más de cannabis sin autorización estatal o federal; facilidades para la entrada en el mercado de comunidades afectadas por la prohibición y mejores condiciones y acceso a créditos bancarios, entre otros planteamientos.
Frente a las propuestas de legalización, hay grupos organizados en su contra. Los denominados “lobbies” son grupos de presión que tratan de influir en las decisiones políticas para beneficiar a sus clientes, normalmente grandes empresas de distintos sectores. Esta práctica está prohibida en casi todo el mundo, pero no en EEUU, donde constituyen una actividad legal y que rinde cuentas ante la administración. Es de suponer que los grupos que apoyan el cannabis, son aquellos que tienen intereses en su comercio, exportación e importación, empresas tales como Canophy Growth, Aurora Cannabis, Clever Leaves y otros gigantes del mercado. Sin embargo, menos conocidos son los grupos de presión en contra de estos proyectos.
Enemigos del cannabis
La lista de organizaciones contrarias a la marihuana es larga y contundente. Incluye a grupos tan variopintos como el Partido Comunista de Filipinas, el think thank The Heritage Foundation o la Organización Internacional de los Buenos Templarios (Movendi International), una institución que promueve la sobriedad y el rechazo a todo tipo de sustancia, organizados copiando el sistema de logias masonas, así como algunos de sus rituales y prendas. Dejando de lado distintas organizaciones de tinte religioso, como la Unión de Damas Cristianas por la Sobriedad, quedan algunas organizaciones privadas que llaman la atención por su tamaño, por ejemplo, Purdue-Pharma, una de las farmacéuticas involucrada en la rápida progresión de los problemas de la ola de adictos al Fentanilo, considerada epidemia por el gobierno en UEA.
La farmacéutica, además, destina fondos para un lobbie prohibicionista en concreto, la Community Anti-Drug Coalitions of America (CADCA). Este organismo se denomina como la principal organización estadounidense de prevención del abuso de sustancias, “representa a más de 5000 coaliciones comunitarias en todo Estados Unidos y en 22 países que trabajar para crear comunidades seguras, saludables y libres de drogas”. Según explican en su web, “CADCA reconoce que el uso y abuso de drogas es un desafío de salud pública multidimensional que exige soluciones integrales y coordinadas”.
Lobbie prohibicionista americano
La CADCA no solo recibe dinero de Purdue Pharma. Hace escasas fechas, lanzaba una lista de “apoyos corporativos” que aportaban a su causa, de forma económica. Sin embargo, hoy día esa página ha sido ocultada para el público en general, al contrario de cómo fue presentada. Cannabis.es ha tenido acceso a la lista al completo, de la cual caben destacar la multinacional Johnson & Johnson, Pzifer Consumer Healthcare, Auburn Pharmaceuticals, Endo Pharmaceuticals; las bancas Barclays, Deustche Bank Segurities; las empresas de calificación y auditorías Deloitte, Goldman Sachs, Price Waterhouse Cooper; empresas alimentarias como Krispy Kreme Doughnuts, La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), distintas universidades (Southeast Missouri State University) e incluso, la Iglesia Metodista Unida.
Los organismos con mayor capacidad económica podrán contratar a más personas que traten de influenciar a los legisladores en la materia. Aunque se estima que la industria del cannabis invirtió más de 4,2 millones de dólares en este tipo de prácticas durante 2021, no se tienen datos de las inversiones de las organizaciones contrarias.