Benito Díaz
Las declaraciones vertidas el pasado 16 de septiembre por dos de los principales responsables del proyecto de regulación del cannabis en Alemania revelan detalles sobre cómo se va a abordar la problemática, tanto del acceso, a través de clubes de cannabis, como del conflicto con las leyes y acuerdos internacionales de la convención única sobre drogas, al regular una sustancia estupefaciente fiscalizada.
La diputada socialdemócrata Carme Wegge y el diputado Dirk Heidnblut apuntaron una serie de detalles al respecto del proceso de regulación que está siguiendo el gobierno alemán, que a todas luces avanza a pasos agigantados. Hay quien calcula que el proceso culminará el próximo verano, con las primeras ventas de cannabis de uso adulto, exportado, legal y completamente regulado.
Alemania ha avanzado en su proyecto de regular el cannabis de uso adulto. Desde los avances en materia legislativa de 2017, reconociendo el valor del cannabis terapéutico en Berlín, en distintas oportunidades se ha tratado de traer el debate ante la cámara de gobierno. La perspectiva sanitaria, ha dejado paso a un escenario dominado por la expansión de la industria, una fuerza económica que ha cobrado gran relevancia.
Vía prioritaria de acceso
Las declaraciones de Wegge y Heidnblut en un directo de Instagram avanzaban el interés de los legisladores por el modelo de clubes sociales de Cannabis o asociaciones cannábicas, desarrollado en España en los años 90, e importado a países como Uruguay o Malta, pioneros y referentes en la regulación de la planta.
Las declaraciones, recogidas por el portal especializado Cannabis Industrie, no solo reflejan la simpatía de los diputados por el autocultivo doméstico. Muestran el interés de estas autoridades por ofrecer los clubes y asociaciones de cannabis como “vía prioritaria para el acceso”, dado su valor social y de cercanía.
El modelo de clubes de cannabis ofrece ventajas tales como el enriquecimiento del tejido social, la participación de las personas y su implicación en el consumo que llevan a cabo, el contacto y relación de tú a tú con personas consumidoras y el fomento de la cultura cannábica en cuanto a técnicas de cultivo, cepas de interés o historia del movimiento cannábico, nacional e internacional, entre otras cuestiones.
El proyecto de regulación mostrado por el Partido de los Verdes en 2021, hoja de ruta del actual escenario, introduce también el llamado “control de drogas”. “Los consumidores, por ejemplo, en clubes, deben poder hacer que se controlen las sustancias psicoactivas en busca de ingredientes o aditivos peligrosos. Esto limita parcialmente los riesgos para la salud existentes de estas sustancias y reduce el envenenamiento o la sobredosis”.
Los clubes de cannabis, son también lugares en los que poder llevar a cabo una labor de reducción de daños, pudiendo entrar en contacto con personas y sus consumos, pudiendo dar lugar a un seguimiento estrecho y a otras herramientas de trabajo social.
La regulación del mercado comercial, es otro punto que el gobierno alemán está desarrollando, con sistemas de licencias de venta en establecimientos especializados y farmacias, donde ya se dispensa cannabis de uso terapéutico.
Escollos legislativos
Uno de los problemas principales a los que se enfrenta la incipiente regulación alemana, es la oposición de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961. En declaraciones al diario Zeit, la diputada Wegge aseguró que “estamos seguro de que la legalización no fallará debido a la legislación de la UE”. Sugirió que la mejor solución es salir de la Convención y “volver a entrar con reservas”, anulando la decisión marco de la UE de 2004, algo que ya hizo Bolivia para regular los usos tradicionales de la hoja de coca, algo que la convención internacional impide.
La diputada aseguró que cada país europeo debería decidir por sí mismo si quiere regular la planta. “La regulación se aprobará de una u otra forma. Encontraremos una solución legalmente segura”, afirmó.
El calendario regulativo, prevé que a final de año el documento de ley debería estar completo y listo para enviar a las comisiones parlamentarias para su revisión y poner en marcha el proceso de enmiendas. La votación sobre el proyecto se votaría en julio de 2023. De aprobarse, entraría en vigor la despenalización del Cannabis y, en enero de 2024 comenzaría la comercialización.
Recordemos la encuesta realizada en 2017, y reflejada en el informe de 2019 del Transnational Institute (TNI) en colaboración con ICEERS y otras entidades europeas. Reveló que la mayoría del pueblo alemán (63%) se manifestaba en contra de regular el cannabis en adultos. Después, en 2018 se llevó a cabo otra pregunta, matizada, y se descubrió que la aceptación al cannabis aumentó hasta el 46%, dejando un 52% en desacuerdo y un 2% Ns/Nc. Otra encuesta, llevada a cabo por el diario Die Zeit en 2018, aseguraba que un 57% de personas estarían a favor del cannabis.