Arnau Alcaide
A la espera de que se haga efectiva la regulación del cannabis medicinal en España, el horizonte normativo del uso adulto de la planta no verá la luz esta legislatura, si descartamos un giro de última hora del Partido Socialista. Ante este escenario gris, cabe preguntarse: ¿cuándo regulará España el cannabis?
El gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos con apoyos progresistas y regionalistas se agota dentro de un año y algunos días, si no se adelantan las elecciones. Descartada a priori para esta legislatura la legalización, empezamos a valorar las posibilidades que tiene la regulación en la siguiente legislatura, que ubicamos de aquí a un año.
Elecciones Generales de 2023: entre conservar el prohibicionismo y una transformación histórica de la política de drogas
Si las pasadas Elecciones Generales el cannabis no estaba en la agenda política, esta legislatura ha entrado de lleno con hasta cuatro propuestas de regulación integral, presentadas por Geroa Bai (en nombre de Luz Verde), Más País, Unidas Podemos y Esquerra Republicana. Pero esta legislatura el PSOE ha podido argumentar que primero regularía el cannabis medicinal y que no tenía en el acuerdo de gobierno con Unidas Podemos, firmado previa coalición de gobierno, la regulación integral del cannabis.
Si entra en el futuro Gobierno de coalición de izquierdas como el presente, o en uno en solitario basado en los apoyos de fuerzas progresistas, la evolución de su posición será la más determinante, pues ya están a favor los partidos con los que viene trabajando esta legislatura, y podemos esperar una regulación integral del cannabis para mediados de legislatura, sobre 2025 o un año más tarde. Si por el contrario el escenario es un Pacto Nacional con el PP o un gobierno de los populares con VOX, a priori cabría descartar la regulación del cannabis hasta pasado al menos un año de otras elecciones, en 2028.
El marco dialéctico del PSOE esta legislatura ha seguido siendo el prohibicionista, alegando básicamente que la inseguridad socio-sanitaria proviene de la regulación y no de la desregulación práctica que supone un mercado ilícito, que no han podido aplacar con millones en seguridad militarizada. El cambio de enfoque debería devenir solo de la ineficacia de la política, pero el marco ideológico compartido con el PP todavía es muy fuerte: la prohibición aún se percibe como una herramienta, no solo útil sino imprescindible, para evitar aumentos del consumo, siendo la abstinencia el último fin, y no la mejora de la salud de las personas usuarias.
Aunque normativas progresistas acordadas en materia de derechos sociales, como la ley mordaza y sin la derogación prometida, siguen agonizando en el Congreso, es cierto que se han abordado avances tímidos por parte del PSOE en política de drogas, como la propuesta de reducir la sanción por tenencia a leve, que aparece en el preacuerdo de la Mordaza con Unidas Podemos. Esta brecha de sensibilidad al martillo prohibicionista puede ser clave, junto a la presión popular a favor de la regulación del cannabis, para que en su próxima participación en un gobierno, el PSOE abandere la regulación del cannabis.
Además, el PSOE volverá a lanzar una campaña apelando al progresismo como en las pasadas elecciones, lo que ya se ha podido ver con el reciente spot con el Felipe González de los 80 y el Zapatero más social. Para ello necesitará nuevos ejes en materia de derechos civiles y sociales, que perfectamente pueden incluir la regulación del cannabis. Esto es mucho más probable que ocurra a rebufo de Alemania, que dibuja el calendario de la regulación para hacerla efectiva en 2024, pero tiene algún reto por delante en el encaje internacional y falta ver que no retroceda. Este suceso será determinante, pues se encuentra mucho más cómodo el Partido Socialista cuando sus diferencias con el PP son refrendadas en la Unión Europea y sus Estados miembros.
¿Regulación en 2025? Un año para ver si el PSOE la abandera hacia las elecciones o deja liderar a otras formaciones
El escenario de ver la regulación del cannabis cumplida en 2025 pasa pues porque siguiendo el marco discursivo de regular primero el medicinal, el PSOE ahora haga una evaluación de sus nuevos ejes en materia de derechos y con el viento a favor de Alemania levante la bandera del cannabis. Este puede ocurrir por convicción o electoralismo: convicción de que ha llegado la hora de transformar la política o saber que la medida goza de popularidad y por lo tanto representa muchos votos abanderarla.
Así, por A o por B, si el PSOE ya propone regular el cannabis en la carrera electoral, podemos ver la regulación cumplida en el ecuador de la legislatura sin ninguna duda. La legalización llegaría más tarde si opta por tener un perfil bajo con la regulación del cannabis, y así no ser castigado por los medios conservadores que suelen hacer un tratamiento muy agresivo contra las propuestas regulatorias y quienes las impulsan, como ha sufrido Podemos. Si así ocurriese, quedaría en manos de otras formaciones convencer al PSOE de empezar a redactar un proyecto común una vez ya esté en el Gobierno, sin el coste electoral del ataque de los medios más conservadores. O bien de votar uno ajeno, si finalmente el PSOE renuncia a capitalizar el aumento de derechos que supone la regulación del cannabis. Entonces quizás se retrasaría más allá de 2025, hasta 2026 o 2027.