Algunos portadores de VIH consumen cannabis para controlar las náuseas o el dolor musculoesquelético
El CBD podría arrojar resultados prometedores en el desarrollo de nuevas terapias para el tratamiento de los trastornos neuroinflamatorios asociados al VIH. Esto es lo que se desprende de un estudio reciente publicado por la revista Nature.
El estudio demostró que el CBD tiene propiedades antiinflamatorias y exhibe un importante potencial terapéutico contra las infecciones por VIH-1 y la neuroinflamación. Es más, el CBD redujo significativamente la expresión del VIH. Sin embargo, no hubo diferencias significativas entre el THC y el CBD utilizados solos o en combinación tras la inducción del VIH. No obstante, el estudio muestra que el CBD redujo significativamente la expresión de células VIH positivas, mientras que el THC no tuvo este efecto.
No obstante, se necesitan más estudios para comprender plenamente los mecanismos de acción y el potencial terapéutico del CBD en el tratamiento de la neuroinflamación relacionada con el VIH, eliminando los efectos psicotrópicos del THC.
Los pacientes con VIH presentan altos niveles de inflamación sistémica crónica, lo que puede impulsar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos neurocognitivos. Los trastornos neurocognitivos en estos pacientes se han asociado a la neuroinflamación crónica, que conduce a la neurodegeneración.
De ahí que sea crucial encontrar tratamientos alternativos que puedan reducir el proceso inflamatorio en los pacientes seropositivos, ya que muchos fármacos antirretrovirales provocan un deterioro cognitivo.
Las personas que viven con el VIH consumen entre 2 y 3 veces más cannabis que la población general. Algunos de ellos consumen cannabis principalmente para controlar las náuseas, el dolor musculoesquelético y neuropático, los trastornos del sueño, la ansiedad y la depresión10.
La incorporación del CBD o el THC como agentes terapéuticos para pacientes con VIH aún requiere más investigación para recopilar pruebas sobre la progresión de la enfermedad del VIH, la latencia viral, la neurocognición, la seguridad y otras comorbilidades. Hasta la fecha, no existen ensayos controlados aleatorizados que demuestren los beneficios potenciales del cannabis en personas con VIH.
Se necesitan más investigaciones para comprender plenamente los mecanismos y evaluar el potencial terapéutico del CBD y los cannabinoides combinados (CBD-THC) en la inflamación y los trastornos inmunológicos asociados al VIH.