El proyecto piloto se llevará a cabo en un centro de salud en Glasglow
El gobierno escocés ha aprobado un proyecto piloto con objeto de reducir las muertes por consumo de drogas en el país. De este modo, un centro de salud de la zona este de Glasgow acogerá el próximo verano la primera sala de consumo de drogas ilegales donde los usuarios tomarán sus propias drogas bajo la supervisión de profesionales sanitarios cualificados.
El Dr. Saket Priyadarshi, director médico adjunto de los servicios de recuperación de alcohol y drogas de Glasgow, declaró que el proyecto «reducirá los daños relacionados con las drogas» para las personas, además de ofrecerles «oportunidades de tratamiento, atención y recuperación».
Un informe sobre el centro, elaborado por funcionarios del Servicio Nacional de Salud y del Ayuntamiento de Glasgow, señala que su objetivo es atajar el problema de las aproximadamente 400 a 500 personas que se inyectan drogas en lugares públicos del centro de Glasgow de forma habitual».
La idea lleva años debatiéndose, pero ahora puede seguir adelante después de que el fiscal superior de Escocia declarara que no se perseguiría a los usuarios por posesión de drogas ilegales mientras estuvieran en las instalaciones.
La sala de consumo de Glasgow tendría su sede en Hunter Street, en el extremo este de la ciudad, junto a una clínica en la que actualmente se prescribe heroína farmacéutica a 23 consumidores de drogas de larga duración.
Jade, de 33 años, consumidora de drogas en el East End, la describió como una «idea brillante» que «marcaría una diferencia enorme». Esta chic contó a BBC News que había consumido heroína y cocaína para bloquear traumas de su pasado y que había sido testigo de la muerte de muchos seres queridos como consecuencia de la drogadicción. «Mi ex pareja, mi hermana y muchos de mis amigos han fallecido» por las drogas, explica. En el centro no se podrá fumar sustancias ilegales. Según el Dr. Priyadarshi, esto se debe a los problemas legales que plantea la legislación antitabaco escocesa, así como a los problemas técnicos de ventilación y filtración.
Las muertes por consumo de drogas en Escocia alcanzaron un máximo de 1.339 en 2020, antes de descender ligeramente en 2021 y reducirse en torno a una quinta parte en 2022, hasta 1.051. Desde entonces, las cifras preliminares sugieren que han empezado a repuntar de nuevo.
El plan de salas de consumo cuenta con el apoyo de políticos del Partido Nacional Escocés, laboristas y liberaldemócratas, pero el Ministerio del Interior británico insiste en que «no hay forma segura de consumir drogas ilegales».
Esta postura es compartida por Annemarie Ward, directora ejecutiva de la organización benéfica Faces and Voices of Recovery UK, que ayudó a redactar el proyecto de ley sobre el derecho a la recuperación presentado en Holyrood el año pasado por los conservadores escoceses.
La Sra. Ward dijo que el SNP estaba haciendo política al pedir a Westminster que modificara la Ley sobre el Uso Indebido de Drogas de 1971 para despenalizar la posesión de drogas, una medida rechazada por el gobierno del Reino Unido. En su opinión, el gobierno escocés debería centrarse no sólo en la reducción de daños, sino también en el tratamiento, la prevención, la disuasión y la reintegración de los consumidores en la sociedad. «Desgraciadamente, están avivando un debate constitucional sobre la independencia a costa de la vida de las personas», afirmó.
Los ministros del SNP niegan que sea así.
La semana pasada, Elena Whitham, ministra de Política de Drogas y Alcohol, declaró ante el Parlamento escocés que «la guerra contra las drogas ha terminado. Nadie ganó y las principales víctimas no fueron los delincuentes organizados, sino los más pobres y vulnerables». «Sabemos que Escocia, como nación, tiene que hacer algo diferente y, dentro de los límites de la ley, Police Scotland va a formar parte de ello, trabajando en colaboración», declaró Dep Ch Con Malcolm Graham, jefe de la policía local de Escocia. Insistió en que el cuerpo seguirá tomando medidas enérgicas contra los traficantes de drogas. «Tenemos que hacer frente a la demanda y también a los daños», dijo Graham, añadiendo: «No hay una respuesta única a este problema al que se enfrenta nuestra nación».
El portavoz de sanidad de los tories escoceses, el Dr. Sandesh Gulhane, se mostró satisfecho de que el proyecto piloto se considerara como una serie de medidas para hacer frente a las muertes por drogas, pero añadió que el partido seguía teniendo «serias reservas sobre la eficacia real de las salas de consumo de drogas».
El diputado afirmó que la instalación no debe considerarse una «solución milagrosa para atajar esta crisis». Además, pidió al Gobierno que respalde el proyecto de ley conservador sobre el derecho a la recuperación, que consagraría por ley el acceso al tratamiento para quienes luchan contra la adicción a las drogas.