Las empresas podrían aplicar deducciones fiscales hasta ahora prohibidas
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ha tomado la decisión histórica de trasladar el cannabis de la Lista I a la Lista III de la Ley de Sustancias Controladas (CSA, por sus siglas en inglés), según confirmó el Departamento de Justicia.
De este modo, el cannabis se elimina del listado de sustancias controladas más peligrosas como lo estaba hasta ahora junto con la heroína, el LSD y la MDMA para pasar a la Lista III, categoría que incluye esteroides anabólicos, testosterona y ketamina.
La decisión se produce más de 50 años después de que el cannabis se incluyera por primera vez en la lista de drogas estrictamente prohibidas, al mismo nivel que la heroína, y se definiera como una sustancia sin valor médico conocido y con un importante potencial de abuso.
Esta reclasificación del cannabis también conlleva importantes implicaciones para las empresas estatales de cannabis legal. Si finalmente se lleva a cabo, significará que las empresas de cannabis podrán acogerse oficialmente a las deducciones fiscales federales que hasta ahora tenían prohibidas.
Este cambio fomentará la investigación médica, ya que las drogas de la Lista III enfrentan menos obstáculos regulatorios.
Actualmente el cannabis es legal en 24 estados de EE.UU. con fines recreativos y en 38 estados por razones médicas. La fabricación, distribución y posesión de cannabis recreativo seguiría siendo ilegal según la ley federal.
El siguiente paso en el proceso de reclasificación es que la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca revise la norma. Si se aprueba, se someterá a comentarios públicos antes de su posible aprobación definitiva, proceso que podría ser largo. La histórica medida se produce en un momento en el que Biden se presenta a la reelección y busca apuntalar su apoyo entre los votantes más jóvenes.
La decisión de la DEA significa que ha aceptado en general las conclusiones de un estudio científico de casi un año de duración sobre el cannabis que el HHS (Departamento de Salud y Servicios Humanos) llevó a cabo antes de compartir su recomendación de clasificación.
El HHS determinó que el cannabis «tiene un uso médico actualmente aceptado en los Estados Unidos» y tiene un «potencial de abuso menor que las drogas u otras sustancias de las Listas I y II».
Este estudio del HHS señaló que 30.000 profesionales de la salud «a través de 43 jurisdicciones de EE.UU. están autorizados a recomendar el uso médico del cannabis para más de seis millones de pacientes registrados para al menos 15 condiciones médicas.»
En términos de seguridad relativa en comparación con otras sustancias, la revisión sanitaria federal concluyó que «los riesgos para la salud pública que plantea el cannabis son bajos en comparación con otras drogas de abuso (por ejemplo, heroína, cocaína, benzodiacepinas).
«En lo que respecta a las muertes por sobredosis, el cannabis ocupa siempre el último lugar entre las drogas comparables», señala el informe.
La DEA se ha visto sometida a una gran presión por parte de la administración de Biden, en particular de la vicepresidenta Kamala Harris, para que complete la revisión a tiempo.