Gorka Aguirretxe
En el último artículo dividimos las posibles extracciones que se pueden hacer con el cannabis en dos grupos importantes: con y sin solventes. Vimos el ejemplo de la extracción con hielo seco representando a aquellas sin solventes. En esta ocasión, usaremos alcohol para crear el aceite o tintura de cannabis.
En la historia
Ya se usaba la tintura de cannabis medicinalmente a principios del siglo XIX. Se trajo de la India y comenzó a utilizarse con fines médicos en Inglaterra. Hasta ese momento, se utilizaba la tintura de opio y, al crear adicción, era peor remedio que la de marihuana. Pronto se extendió a nivel mundial, gracias a sus resultados positivos.
En aquel entonces, los médicos prescribieron el aceite como analgésico, sedante y también espasmolítico. El método de extracción era similar al de hoy en día: usaban alcohol no tóxico o apto para consumo humano para separar los cannabinoides de la materia vegetal y obtenían el aceite esencial o tintura madre de cannabis.
A pesar de los buenos resultados, gracias a las prohibiciones y mala publicidad del THC, componente psicoactivo de la planta, en 1932 se prohíbe su uso en Reino Unido. Diez años más tarde lo hace Estados Unidos y, un poco más adelante, la India, quedando eliminado por completo de las prescripciones médicas y farmacopeas mundiales.
A día de hoy existen muchos usos y estudios que corroboran estos beneficios y otros tantos estudios que desmienten estas cualidades terapéuticas. Muchos activistas luchan por el reconocimiento a nivel médico de la planta de cannabis y parte de la industria farmacéutica lo hace desde el lado contrario.
Creo que todos los beneficios que el cannabis puede aportar a la salud bien se merecen un artículo completo y ya lo trataremos en otra ocasión. Por el momento, sigamos con la receta de el aceite.
Como última apreciación antes de explicar la receta, comentaros que el resultado depende por supuesto de las variedades a utilizar, lúdica y terapéuticamente también. Un aceite que proviene de una variedad sativa, cargada en THC, será bueno para ciertas dolencias y tendrá carga psicoactiva. Un aceite derivado de una indica servirá para otros tratamientos y tendrá menos psicoactividad. Partir de un híbrido nos ofrecerá lo mejor de ambas.
Bueno, pues vamos allá con nuestra extracción mediante solvente para obtener una tintura.
Lo primero, tener todo lo que vamos a utilizar a mano y preparado para, una vez que estemos metidos en harina, no nos encontremos sorpresas. El proceso no nos llevará mucho tiempo, así que tampoco os preocupéis por eso.
Vamos a necesitar
– 30g de cogollos, si vamos a utilizar recortes de manicura y cogollos bajos entonces 60g
– 1 o 2L de alcohol etílico. Con uno será suficiente pero se pueden realizar varios lavados con la misma hierba. Nunca usar un alcohol o solvente que no sea para consumo humano. Como dice un amigo: A puede disolverse en B, pero B también lo hará en A, así que mejor usar alcohol etílico.
– Un tarro con tapa o bol de pirex donde colocar la marihuana y el alcohol. Yo prefiero el tarro, que para estas cantidades con uno de 1l tenéis de sobra. Es más cómodo porque una vez puesta la tapa podéis agitarlo, y en el bol sin embargo hay que usar una espátula o tenedor grande de madera para remover y romper la hierba en el solvente.
– Un colador y una muselina. Se pueden usar filtros de café pero suelen tupirse y hay que ir cambiándolos por otros limpios.
– Un recipiente donde depositaremos el resultado del colado, el solvente con todos los cannabinoides, pero sin restos de hierba.
– Una arrocera eléctrica, que se puede encontrar por 20-30€, o un sistema para poder cocinar al baño maría, pero que sea fiable. Si vais a depositar un cazo dentro de otro, poned en el fondo del primero, el que tiene el agua, unas capas de papel.
– Una espátula de silicona para remover el aceite cuando vaya tomando forma.
– Unas jeringuillas de 5-10ml para recoger el aceite cuando hayamos evaporado todo el solvente.
– Un ventilador de sobremesa.
Pasos
Si disponéis de un pequeño extintor, nunca está de más. Si el solvente se echara a arder, mantened la calma y poned la tapa: al faltar el aire el fuego se extinguirá. Esto no ocurrirá si hacemos las cosas bien y actuamos con seguridad y conocimiento. Por ejemplo, no fuméis en todo el proceso.
Una vez tenemos todo dispuesto, es sencillo. Comenzaremos migando un poco la hierba, quitando las ramas grandes y añadiéndolas al tarro. Rellenamos con el alcohol hasta sumergir todas la hierba y tapamos el tarro. Agitamos durante unos minutos y dejamos reposar en lo que preparamos el bol o jarra donde vamos a colar y exprimir la mezcla.
En la jarra, colocamos la muselina y vamos añadiendo el contenido del tarro. Recogemos la muselina por los bordes y apretamos el contenido, escurriendo el líquido sobrante en el interior de la nueva jarra. Apretamos bien y devolvemos la materia vegetal al primer tarro.
Se puede hacer un segundo lavado a estos restos y volver a drenarlos en la jarra en la que tenemos el aceite, pero obtendremos menos cantidad con cada lavado que se hace. Hacer una segunda pasada es recomendable, pero tres, demasiado.
El alcohol ya está evaporándose, así que hay que tener cuidado de no tener llamas encendidas y que la habitación esté ventilada. Ventana abierta y ventilador siempre apuntando por encima del contenedor del alcohol para llevarse los vapores según se emiten.
El liquido obtenido es verde oscuro, tirando a negro. Mucha clorofila se disuelve en el alcohol. Un truco para evitar tanta cantidad de clorofila es congelar la marihuana al menos unas horas antes de usarla y tener el solvente también lo más frío posible, de esta manera la clorofila no se disuelve en tal cantidad en la mezcla.
Colocamos esta mezcla en la arrocera y la encendemos. No debemos poner la tapa, estos aparatos están hechos para funcionar con tapa pero en este caso hemos de trabajar sin ella y con el ventilador continuamente funcionando por encima de ella, para que se lleve los vapores producidos al cocinar la mezcla.
<< Si tenemos la opción de apuntar estos vapores directamente a la ventana con el ventilador, hacedlo y ganaremos en seguridad >>
Si no usáis una arrocera y en el deposito situado al baño maría no os entra toda la mezcla, no os preocupéis, podéis ir añadiéndola según se consuma.
Tanto en un sistema como en el otro cuando la superficie comienza a burbujear hay que bajar o apagar el fuego. En el baño maría, el calor del agua seguirá cocinando el aceite y en la arrocera la temperatura residente. Cuando ya no veáis burbujas, aplicad calor de nuevo y removed. Al hacerlo, con la espátula favorecemos la evaporación, pero cuidado con respirar los vapores del alcohol.
El proceso de cocinado para estas cantidades os puede llevar 30-40 minutos. El aceite se irá densificando. Antes de estar del todo, suele burbujear por los bordes, pero ya no por completo. Seguid agitando e incluso, en estos últimos momentos, que hay poco líquido, agitad el sistema con cuidado para mover el líquido. Cuando no veáis burbujas y su aspecto sea más denso, habremos evaporado el solvente.
De esta cantidad y con esta receta, dependiendo de la calidad de la hierba, deberíamos obtener de 2 a 4g de aceite. Recogedlo ahora que esta más caliente con las jeringas, que os servirán para dosificar la cantidad. Si al enfriar las jeringas el aceite se solidifica y no sale, remojadlas un poco con agua templada y podréis obtener la dosis.
El método descrito conlleva más riesgos que extraer los cannabinoides sin utilizar solventes. Recordemos que en la técnica del hielo seco simplemente teníamos que ponernos unos guantes y en extracciones al agua no hay ningún riesgo de ninguna clase.
Al usar solventes como el alcohol etílico de alta graduación, hemos de tener las cosas claras antes de empezar y todo preparado. Si además hemos testado ya los materiales, como el sistema que vamos a usar al baño maría o arrocera para no llevarnos sorpresas, mejor que mejor.
En la siguiente entrada haremos una extracción al agua llamada gravity hash, muy simple y sencilla de realizar.
¡Qué tengáis una buena y verde semana!
El jardín de la alegría growshop, Salamanca.