La aplicación conjunta de los compuestos THC y CBD está arrojando luz a la investigación oncológica. Según datos del reciente informe elaborado por GW PHARMA los resultados en el ensayo para el tratamiento de GBM, un tumor cerebral particularmente agresivo, están siendo positivos. El precedente en este tipo de estudios hay que buscarlo en el proyecto que desarrolló Manuel Guzmán con ratones, demostrando que provoca el suicidio de las células cancerígenas, y que le valió reconocimiento internacional.
Un estudio confirma el potencial del THC-CBD para la investigación oncológica
La multinacional GW Pharma ha realizado un pequeño estudio de oncología para un tipo agresivo de tumor cerebral utilizando los compuestos CBD y THC, ingredientes activos derivados del cannabis. Ambos mostraron resultados positivos en un ensayo exploratorio controlado con placebo en 21 pacientes con glioblastoma multiforme recurrente –GBM-, un tumor cerebral particularmente agresivo que tiene un mal pronóstico.
Aquellos con GBM recurrente tratados con THC:CBD tenía una tasa de supervivencia de un año del 83%, en comparación con el 53% de los pacientes a los que se aplicó el placebo (aunque el valor fue cerca de 0.042).
Durante la prueba, 12 pacientes fueron asignados al azar para recibir el tratamiento adicional de THC:CBD y los resultados se compararon con nueve pacientes aleatorios con placebo y el cuidado convencional.
«La media de supervivencia para los tratados con THC:CBD fue mayor de 550 días, en comparación con 369 días en el grupo placebo». El THC:CBD «fue generalmente bien tolerado como tratamiento para los efectos adversos (los más comunes fueron vómitos y mareos).
Fuentes de la farmacéutica señalan que: «creemos que las señales de eficacia demostrada en este estudio refuerzan aún más el papel potencial de los cannabinoides en el campo de la oncología y proporcionan a GW una perspectiva distinta en el tratamiento con cannabinoides”.
«Estos datos son un catalizador para la aceleración de las líneas de investigación oncológica y esperamos ampliar nuestros intereses de investigación en otra formas de cáncer «.
Guzmán, el pionero español en un ensayo imprescindible con ratas
Una noticia que sin duda estará celebrando Manuel Guzmán, bioquímico español, hombre reflexivo y circunspecto, que ha estudiado el cannabis durante unos 20 años y saltó a la fama precisamente por un estudio con THC y CBD en ratones. Guzmán y sus colegas han tratado el cáncer en animales con compuestos del cannabis durante 15 años, y han encontrado que en un tercio de las ratas los tumores se erradicaron y en el otro tercio, se redujeron.
Según Guzmán “a estas alturas casi todo el mundo ha oído que el cannabis puede desempeñar un papel paliativo para los enfermos de cáncer, especialmente en el alivio de algunos de los efectos secundarios desagradables de la quimioterapia, pero ¿podría curar el cáncer?
No obstante, a Guzmán le preocupa que su investigación pueda dar a los enfermos de cáncer falsas esperanzas. «El problema es que los ratones no son seres humanos. No sabemos si esto se puede extrapolar a los humanos». Ahora, gracias a esta noticia que acabamos de compartir se abre la puerta al estudio en humanos, aunque queda mucho camino por recorrer.
Guzmán ha comprobado que una combinación de THC, CBD, y temozolomida (un fármaco convencional de un éxito moderado) funciona mejor en el tratamiento de tumores cerebrales en ratones: este cóctel de estos tres compuestos combinados para atacar las células cancerosas del cerebro de varias maneras, logra evitar su propagación y también los activa a cometer el suicidio. Están probando el tratamiento de pacientes que tienen tumores cerebrales agresivos con temozolomida y Sativex, un spray oral THC-CBD desarrollado por GW Pharmaceuticals, que ahora está en fase de estudio como hemos visto..
Kane: «La ciencia del cannabis será transformadora».
Guzmán advierte contra el exceso de optimismo, pero da la bienvenida al inicio de los estudios en humanos. El cannabis es un compuesto científicamente serio, terapéuticamente prometedor, y clínicamente relevante. Un punto en el que coincide con Guzmán otro prestigioso científico, Nolan Kane, especializado en la biología evolutiva. Ahora mismo, Kane ha adquirido recientemente para fines de investigación plantas de cannabis, que está estudiando en el campus de la Universidad de Colorado. La sola presencia de estos ejemplares de cannabis en los confines de un importante laboratorio de la universidad, representa años de discusiones para ganar la aprobación federal y de la universidad.
En este momento, Kane solo cultiva variedades de cáñamo. El resto de su material de investigación es el ADN de cannabis, un campo en el que su especialización le permite vaticinar que la ciencia del cannabis será transformadora. Transformadora no sólo en nuestra comprensión de la planta, sino también de nosotros mismos, nuestro cerebro, nuestra neurología, nuestra psicología. Transformadora en términos de la bioquímica de sus compuestos. Transformadora en términos de su impacto en diversas industrias diferentes, incluyendo la medicina, la agricultura y los biocombustibles. Incluso puede transformar parte de nuestra dieta de semillas de cáñamo «se sabe que es una fuente de un aceite muy saludable, rica en proteínas».
Ya existe un esquema incompleto del genoma de cannabis, pero está aún altamente fragmentado, disperso en casi 60.000 piezas. El ambicioso objetivo de Kane, que le llevará todavía muchos años, es ensamblar los fragmentos en el orden correcto. «La analogía que uso es, tenemos 60.000 páginas de lo que promete ser un excelente libro, pero están esparcidas por todo el suelo», dice. «No tenemos idea de cómo se unen esas páginas para hacer una buena historia.»
Una vez que el mapa esté completo, los genetistas emprendedores podrán utilizarlo en miles de formas, tales como la cría de cepas que contengan niveles mucho más altos de uno de los compuestos raros de la planta, con propiedades de máxima importancia médica.
La falsa dicotomía entre CBD y THC
Si bien cabe volver a incidir en que, pese a que se están estudiando los efectos medicinales de THC y CBD o de la combinación de ambos, la explosión comercial del CBD (que se encontraba sin una regulación que le afectase negativamente) está provocando una lectura intencionada y tendenciosa que pretende situar a un compuesto “en el lado bueno” y al otro “en el lado malo”.
Podéis profundizar en esta falsa dicotomía en el artículo reciente de nuestro colaborador Drogoteca, siguiendo este enlace. Igualmente os resumimos las principales mentiras que circulan sobre el CBD:
1. La primera y más notoria es que “el CBD es medicinal” y el “THC es lúdico o recreativo”, lo cual es totalmente falso.
2. La siguiente “mentirijilla” es una que seguramente has escuchado muchas veces ya si te has interesado por estos temas: el THC coloca pero el CBD no te coloca. Dicho así, y ya que “colocar” es un verbo que habría que definir, podría colar. Pero cuando se usan términos científicos para el asunto, la cosa cambia: el THC es psicoactivo y el CBD no es psicoactivo. Es falso: tanto THC como CBD son ambos psicoactivos, pero siendo dos sustancias distintas presentan efectos y farmacología distintos. El THC es el responsable de la mayor parte de los efectos psíquicos -de los que somos conscientes- cuando fumamos cannabis, y el CBD suele ser retratado como un “modulador a la baja” para el THC.
3. Después de esa “media verdad” de que el CBD no tiene efectos, vino la consecuencia inmediata: “el CBD es bueno y el THC es malo”. Ni uno es bueno y el otro malo, ni el que una sustancia tenga un efecto psíquico es intrínsecamente bueno o malo, y son divisiones artificiales que tratan de mantener el mercado del CBD lejos de la batalla “aún no del todo ganada” por la marihuana.
Una falsa dicotomía en la que parece que haya que tomar partido por uno de los dos compuestos, CBD o THC, y declararse en coherencia con el compuesto.