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Xaouen: 6 motivos para dejarse seducir

Xaouen: 6 motivos para dejarse seducir

Por Drogoteca

Vamos al grano y nos quitamos el asunto del medio: ¿hay droga en Xaouen? Claro, como en todos los lados: aquí la droga ilegal más asequible es el cannabis, en concreto rico hash. Dicho esto… ¿por qué Xaouen?

¿Qué tiene este lugar que atrae a los buscadores del cannabis y sus riquezas, pero que los deja atados -de por vida- aunque dejen de usar la planta?


1- Su gente

Acabo de terminar de empaquetar a un grupo de jovenzuelos de vuelta a la PoPular Ejpaña -sigo emigrado y sin intenciones de retorno- que han sobrevivido a la prueba de Xaouen. Aunque no todos, si lo pienso: venir aquí para fumar porros como si no hubiera mañana e ir de graciosete turista, sólo deja clara la falta de madurez para empaparte de un lugar como este. Si eso ocurre, personalmente creo que estás condenado a ser un mediocre sin más recorrido mental que los ácaros que lleva encima; resulta extremadamente fácil integrarte en el lugar, con una población que ha nacido sirviendo al turista (dicho esto de “servir” con el máximo respeto por su trabajo, recordando que en España somos los “camareros” de Europa) y que -hasta críos de 8 años- te hablan varios idiomas, desde conversación básica en japonés a unas clases de euskera, pasando por francés (del de hablar), italiano, inglés, español…

2- Seguridad

Si eso no es un excelente -y suficiente- caldo de cultivo para que te sientas cómodo, aquí va otra: puedes traer a tus hijos de 6 años y dejarles salir solos a la calle sin control a las 4 de la mañana sabiendo que no les pasará nada. Sí, suena exagerado… ¿no? Pues no lo es. En contra de lo que alguna gente pueda pensar, en base a ciertos prejuicios conocidos como RACISMO, si te dejas el móvil, la cartera, lo que has comprado en la tienda de al lado o tu cazadora de cuero en el bar o en la calle, al contrario de lo que te pasaría en España (hablo de mi país, sí) te encontrarás con cualquier desconocido que se ha pateado dos calles para darte tu cámara de 600 euros, o ese paquete de mantequilla de cabra de 10 dirhams que has comprado al entrar en “la Medina”. Esto no es un “por decir”: soy de los que me voy dejando todo por todos los lados (cámaras, dinero, drogas, etc.) y en mi barrio me habría quedado sin nada, pero aquí me ha traído cosas que me he dejado por ahí hasta niños de menos de 5 años de edad (esta mañana, una batería de móvil, el niño me vino a llamar y cuando le hice caso y atendí, vi a su madre haciéndome gestos para que la cogiera). Y en esto os aseguro que no soy diferente al tipo que viene por primera vez a este sagrado y mágico lugar. No conozco un lugar en todo el planeta menos propenso a la violencia, y donde se reprime duramente cualquier manifestación agresiva, que no sea meramente dialéctica. Yo, en 10 viajes, tan sólo he visto 1 pelea, y era una familia entera -en Tánger, a las 3 AM en plena avenida de las discotecas- currando a un tío que parecía un segurata de discoteca, y principalmente le estaban ahostiando las mujeres y los niños (ojo, niño no quiere decir inofensivo: vi dos patadas en la cabeza del tipo, dadas por un crío de unos 11 años, que bien podían matar a cualquiera). Pero como digo, eso ocurría en otro lugar que nada tiene que ver con Xaouen. 

3- La pasta

Marruecos es barato comparado con España, pero Xaouen es barato dentro de Marruecos. Es barato hasta para los marroquíes, quienes aman el lugar -quienes se pueden permitir viajar a él- y no sólo en “luna de miel”, como solía ser típico en ellos. Para que os hagáis una idea, una habitación de hotel, en la terraza del mismo (el ático, donde está “la movida” y el salseo) con TV por satélite con más de 1000 canales (que no usarás), cuarto de baño privado (no todos tienen) y perfectamente decorada con una cama doble (que uso yo solo, al menos oficialmente), con buenas sábanas limpias, y con un servicio que pegas una voz y te suben el desayuno a la cama, eligiendo entre varios tipos incluido uno con huevos fritos, a mí me cuesta 15 euros al día. ¿A que mola? Mucho, os lo aseguro. Pero en este caso, la experiencia es un grado, y esa misma habitación a otra persona costaría unos 20-22 euros al día. Bonito rango de precios… ¿eh? Si os parece caro, podéis dormir en la terraza sobre colchón por menos de 3 euros al día.

Pero no tiréis del todo las campanas al vuelo. El precio en muchos de los productos es relativamente más bajo que en España, pero eso no quiere decir que todo esté tirado de precio… no es así. Las cosas son más baratas con un nivel de vida que lo permite, pero esto no es el sudeste asiático. Así que mi consejo en ese aspecto, es que antes de venir a gastar; siempre se gasta más por el cambio favorable, especialmente sobre la percepción que hace que compremos con mucha más ligereza y menos conciencia. Aprovechad, pero con cabeza: ir tirando el dinero como memos sólo atraerá buscavidas y movidas, aquí y en cualquier parte. 

4- Ligar

Este punto es interesante e importante, no conviene dejarlo sin tocar. Marruecos es una zona de influencia islámica y si bien sus leyes no son la sharia, sí atienden a reprimir lo que religiosamente se considera pecaminoso. Y aquí, como en la España de los años 60, el sexo es pecado. Y gordo. Así que si te pillan jincando con una moza del lugar, te caen 5 años de cárcel. Así, a machete. O te casas con ella. No sé que sería peor, pero una cárcel marroquí es como volver a la edad media, así que os recomiendo que, en caso de veros en semejante disyuntiva, elijáis lo que haga falta con tal de no entrar en el talego en este país: antes cásate.

Dicho así, el panorama no es que sea muy alentador, pero hay más panorama que contar. El rollo varón de fuera con mujer de aquí, os aconsejamos descartarlo totalmente. Pero sin embargo, el rollo de mujer de fuera con varón de aquí, aunque pecado también, debe ser menos pecado porque todos los marroquíes ligan como perros: son chavales físicamente bien formados, con el atractivo de los hombres de la montaña (con ciertas diferencias genéticas, como ojos verdes o azules, y pelo rubio o incluso pelirrojo, sobre pieles morenas) y el cruce con el árabe. Supongo que son tan atractivos para la mujer occidental como lo son sus mujeres para el hombre occidental. Y en este caso, en Xaouen, la mujer extranjera es doblemente privilegiada: ellas sí pueden ligar con los aborígenes de la zona, con la discreción aconsejable en un país de este percal. Y pueden hacerlo sabiendo que serán tratadas por auténticos caballeros especializados en hacer sentir bien a una mujer. Ahora mismo he estado traduciéndole los mensajes -de amor fugaz- al camarero que me ha servido la bebida, que se ha ligado una jamelga alemana de primera división, y ella no hace más que declararle su intenso enamoramiento… que acabará, con la complicidad de ambos, en una cama intentando que no haga demasiado ruido, ni la cama tampoco.

Para el resto de mortales varones, nos queda el ligoteo masivo y bien dispuesto de las terrazas de los hoteles. La mezcolanza de guiris de todas partes (Australia y USA incluidos) en momento vacacional o en escapada místico-africana se presta a ese tipo de encantamientos dulces, en los que te pierdes en los labios de una italiana que podría ser la imagen de una joven Cher o entre las rastas -por las rodillas casi- de una impresionante noruega antifascista: el amor es libre aquí, pero ha de ser discreto en sonidos y expresiones. Recomendamos evitar todo tipo de gesto “amoroso” a no ser que estés con tu pareja, y aún así no es recomendable ya que no existe culturalmente la costumbre de ir comiéndose la boca por la calle, y ni hablar de meter mano, por supuesto. Pero vamos, que una de la razones -sin duda- para venir a Xaouen sin pareja, es que te la buscas aquí.

5- Cultura

Un lugar así, que encadena a la gente que lo visita, provoca que personajes (realmente son personajes, y vaya personajes) de lo más variopinto se encuentren en este espacio y tiempo. Ya sé que  no es lo habitual salir de viaje a Xaouen y pensar en cultura. Pero aquí, por ejemplo, he conocido algunos de los mejores jugadores de ajedrez que he visto -especialmente árabes- y que eran capaces de mantener una conversación propia de un doctorando en química mientras desarrollaban juegos complejos. Los universitarios de Marruecos tiene una de las mejores formaciones que conozco, no tanto por su universidad como por su interés por las cosas. No te encontrarás en Marruecos lo que vemos en España, con una universidad que sólo se visita en exámenes o en prácticas y que está llena de gente que hace una carrera por hacer, sin tener mucha conciencia de lo que quieren para su vida o de qué les interesa realmente. Eso aquí, en más de 15 años, nunca lo he visto. Si alguien hace una carrera, tiene pasión por ella. Y eso, da gusto sentirlo a la hora de abordar cualquier conversación. Aquí no hay opiniones, ni eso tan manido en España de “es mi opinión y la tienes que respetar por ser una opinión”. Aquí las tonterías se llaman tonterías, no opinión. Y no se opina, sino que se ofrecen argumentos para el debate. Eso en lo que respecta a los lugareños.

En cuanto a los extranjeros, pues por un lado tenemos a los primerizos a quienes les puedes  escuchar cosas como “tío!! he encontrado un “moro” más majo!! el tío se enrollaba y quería charlar y nos ofrecía su casa”, en las que se nota que no esperaban encontrar “moros” majos y simpáticos. Especial atención a la despectiva palabra “moro”. El moro es una palabra que deriva de los moros, denominación antigua de los habitantes mauritanos, pero que nada tienen que ver con los magrebís: si la usáis -en Marruecos o España- dejad de hacerlo. También están la recua de guiris que vienen con la intención de dejar claro que son los mayores payasos de su zona, y que como saben que no van a volver, vienen “pisando” al personal. Yo les aconsejo a esos que mejor se queden en su casa, porque cosecharán malas miradas y desprecio, pero si además van de listos e intentan pegarle el palo a la gente de aquí (lo he visto varias veces) puedes acabar en una casa en la montaña, sin comunicación con nadie y esperando a que tu familia pague los daños que hayas causado, pero multiplicados por 100. Y me parece genial, quien la lía la paga, aquí y en Sebastopol.

Y finalmente llegamos a los pseudo-residentes como yo: bichos viejos y resabiados que van pasando de lugar a lugar, mezclándose con el entorno e intentando conocer a las personas que más les pueden aportar. Hace unos 6 años, topé aquí con un guiri loco, con el pelo blanco, coleta y gafas, que me vendió el mejor hash que he probado en Marruecos. Sí, un guiri. Ese hombre y yo, en aquella ocasión, hablamos de que yo estaba pensando en enviar algún artículo a alguna revista y él me animó a hacerlo. También hablamos de economía y del fraude monetario del sistema internacional y yo le dije que debía conocer Bitcoin porque resolvía muchos de los problemas que comentábamos. Él, en aquel momento, me dijo: “no no, paso de eso porque el dinero es malo y yo soy anticapitalista y bla bla bla, etc” pero curiosamente, ahora que nos hemos vuelto a encontrar, yo que no escribía para revistas, me gano la vida así. Él que escribía para revistas –Soft Secrets, en algún país que no era España- ahora no lo hace, pero no sólo se metió en el mundo Bitcoin, sino que es de los fanáticos de las criptomonedas o monedas digitales, en concreto es un apostol de Ethereum.

Pues encontrándonos tras varios años, ayer tarde él dijo: “mira, Venus”. Yo contesté: “no es Venus, es un satélite: los planetas ni brillan tanto ni parpadean en su brillo”. Él no aceptó el argumento, yo insistí y al momento se lio: ¿100 dirhams de apuesta?. Apretón de manos y al momento, la terraza del hotel se había cubierto de una masa de personas con ordenadores, libros, datos, cálculos de ángulos sobre la perspectiva del horizonte, reflexiones sobre astronomía y otras cuestiones adyacentes. ¿Estáis locos? Sí, es la locura del conocer, la locura de la cultura en la que bebes de todas las fuentes que te pueden aportar, y aquí fuentes hay muchas.

6- Paisaje, clima y e historia

Por supuesto, el lugar tiene un clima especial que es el clima de montaña, y las vistas que ofrece al valle del Rif son impresionantes, así como las de las montañas de la zona que se pueden ver bien cuando “se sube a la montaña” a ver la “elaboración de productos naturales y artesanales típicos del lugar”, siendo una de las visitas turísticas casi obligadas. Sobre esto, la belleza del lugar, mejor es no decir nada, y dejar que hablen las imágenes. Aquí, mis mejores palabras son el silencio.

Disfrutad, que aquí os esperamos. 🙂

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