El pasado 6 de abril se celebró en Ciudad de México el “Debate Nacional sobre el uso de la Marihuana”, un encuentro convocado por el Gobierno General para analizar la situación nacional e internacional del cannabis, y diseñar nuevas políticas públicas.
Como ya os contamos hace unos días, profesionales, especialistas y académicos de diversos ámbitos como la medicina, el derecho, la psicología y otros campos, así como integrantes de organizaciones de la sociedad civil se reunieron en este quinto encuentro para debatir y estudiar en profundidad el contexto del cannabis en México, con el objetivo de “analizar las alternativas, beneficios y consecuencias del uso de la marihuana, así como la conveniencia de conservar un esquema de prohibición o la posibilidad de su regulación”.
México se suma así al debate internacional, previo a la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas para el debate de drogas (UNGASS 2016), sobre las políticas prohibicionistas que han prevalecido en los últimos 40 años en lo relativo al cannabis y a otras sustancias.
Cannabis y violencia
Una de las conclusiones a las que se ha llegado en este debate, y que nos ha llamado considerablemente la atención, es la relación entre el cannabis y la violencia que sufre el país.
Tal y como expresaba el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong (a la izquierda en la foto superior), el consumo de cannabis no es responsable de tal violencia, sino que tal responsabilidad recae sobre la producción para el tráfico ilícito de marihuana.
Afirmar que el consumo de cannabis no va ligado a la violencia, es algo que para nosotros, usuarios de cannabis, puede parecer una obviedad, pero que tristemente demuestra el profundo desconocimiento de la sustancia y de las consecuencias físicas y psicológicas de su consumo. La única razón para que el cannabis y la violencia estén relacionados en alguna forma es a causa de la prohibición. Nos atreveríamos a afirmar que en ningún caso, fumar marihuana le vuelve a uno violento o agresivo. Más bien todo lo contrario. Y varios estudios afirman lo mismo… aquí un ejemplo.
Pero la prohibición, en este caso del cannabis, o de cualquier tipo de droga (como ha quedado demostrado a lo largo de la historia), sólo genera violencia y muerte. Violencia por parte de los cárteles para defender su negocio, por controlar sus mercados de venta y por ampliarlos. Violencia por parte de los gobiernos al utilizar la fuerza desmesurada, policial y militar, para enfrentarse a estos cárteles y seguir las normas dictadas por la Guerra global contra las drogas. Violencia que como siempre, recae sobre la sociedad y sobre los menos favorecidos que acaban siendo herramientas en manos de unos y otros, y por supuesto las principales víctimas.
En los próximos días el presidente Enrique Peña Nieto (a la derecha en la foto superior) hará pública la postura oficial del gobierno mexicano basándose en las conclusiones de los cinco foros realizados sobre este tema.
Osorio Chong, afirmó en la clausura del debate que “México se encuentra en un momento de definición, que significa también una gran oportunidad. La oportunidad de decidir como país, cuál es el camino que debemos seguir con respecto al uso de la marihuana”, y respecto al consumo recreativo del cannabis añadió que es un tema “no solo de carácter nacional, sino mundial”.