Por GNZ
Tal y como anunciaba el pasado sábado el rotativo norteamericano NY Times, el presidente Obama se plantea un nuevo indulto multitudinario
, que liberará a un número todavía sin determinar de presos (pero que se prevé será bastante numeroso, alrededor de 80) encarcelados por delitos no violentos relacionados con las drogas.
Se trata de una ampliación de las medidas emprendidas por el presidente hace ya unos meses (por ejemplo, en el pasado mes de Abril ya excarceló a 22 condenados por delitos de drogas no violentos y ya os hablamos de ello aquí), que tiene como objetivo el corregir los excesos cometidos por el gobierno en el pasado. Gobierno que en un afán de aplicar penas ejemplarizantes, se pasó de la raya, principalmente con jóvenes hispanos y afro-americanos (qué raro…) que recibieron penas absurdamente desproporcionadas frente a los delitos cometidos, en este caso que nos ocupa, delitos relacionados con las drogas y exentos de violencia.
Si este ‘recalibrado’ del sistema legislativo y penal norteamericano se desarrolla en paralelo o como consecuencia de la apertura y relajación de sus políticas de drogas (como hemos visto en la regulación y legalización del cannabis en varios estados) es algo que no sabemos a ciencia cierta, pero sí que cuenta con el visto bueno de demócratas, republicanos y otros actores del amplio espectro político yanki. Todos están colaborando hombro con hombro en esta delicada revisión, aunque se trata de una tarea tan importante y tan voluminosa que los esfuerzos y dólares que se están dedicando, parecen insuficientes. Sobre todo porque el tiempo se acaba para el mandato de Obama… y hay muchos, muchísimos casos por revisar. En los últimos meses más de 30.000 presos han solicitado la revisión de sus casos, y de estos, una ínfima fracción ha conseguido superar los distintos filtros hasta llegar a la mesa del presidente.
Por lo menos, sea cual sea el resultado final de todo esto, se trata de una iniciativa loable por parte de Obama y su equipo, pero que también nos plantea una pregunta… ¿entrará en esos planes de revisión la condena de Ross Ulbricht? Lo dudamos. Lo dudamos porque el delito de Ulbricht, aunque esté relacionado con las drogas y exento de cualquier tipo de violencia, va un poco más allá, y supuso la humillación pública del sistema en bloque, sistema al que por supuesto pertenece Obama, por mucho que intente subsanar antiguos errores con unos toques de maquillaje… pero claro, Ulbricht no es ni hispano, ni afro-americano. Él es el demonio.