Arnau Alcaide
El ayuntamiento de Barcelona finaliza las inspecciones a las asociaciones cannábicas, anunciadas hace justo un año, que se vio obligado a ejecutar tras la ratificación por el Tribunal Supremo a comienzos de 2021 de la suspensión de la ley urbanística de 2016 que las regulaba. Al término de 190 inspecciones, han identificado 223 licencias de asociación concedidas, de las cuales 33 pertenecían a asociaciones que estaban ya cerradas por otros motivos, 85 han recibido diligencias para realizar cambios que serán inspeccionados una segunda vez y solamente 1 ha sido precintada al encontrarse dentro otra sustancia distinta del cannabis.
Entre los cambios principales a realizar por las 85 asociaciones que han recibido diligencias para su transformación se encuentra la conversión en Club Social Privado de los aún Clubes Sociales Cannábicos, epígrafe que ha desaparecido, dando lugar a este proceso, en el que no obstante el Ayuntamiento no ha retirado de facto las licencias a las asociaciones constituidas como tal, sino que instó a la transformación en una carta dirigida a las asociaciones cannábicas de la ciudad, que no habían sido previamente informadas al anuncio público pese a ya haber iniciado el trabajo conjunto en busca de una solución.
Otras de las cuestiones fundamentales es la desaparición de los mostradores con las diferentes variedades y derivados del cannabis y de cualquier tipo de cartel, folleto informativo o pantalla que pueda entenderse desde la óptica prohibicionista como promoción.
Eric Asensio, portavoz de la Federación Catalana de Asociaciones Cannábicas, es quien da a conocer el detalle de la información a Cannabis.es: «Desgraciadamente volvemos para atrás en el tiempo, pero el Ayuntamiento ha demostrado que su voluntad no es la de cerrar todas las asociaciones cannábicas». CatFAC ha publicado esta infografía con los datos de las inspecciones, a raíz de su difusión por parte de la Guàrdia Urbana a la prensa generalista. «La precintada tenía otras sustancias dentro del local», matiza del único cierre, hasta la fecha, resultante de las inspecciones.
Se vuelve para atrás organizativa y urbanísticamente, pero la asociación para el autocultivo sigue siendo posible
«El autocultivo manconumado se convierte en un lugar para el reparto y consumo, pero se retira todo el tema de posición de producto en un mostrador, como si fuera una venta, que se tiene que eliminar, pues ahora todo el tema del mostrador para dispensa se entiende como promoción. En el ayuntamiento no hay una voluntad de cierre y la prueba está en esas licencias que otorgan de club privado, porque si realmente quisieran acabar con el modelo sería muy sencillo, y sin embargo las que han cuestionado son aquellas con prácticas más alejadas del modelo», revela del complejo andamiaje que tiene que hacer la política municipal para sortear el bloqueo de los tribunales.
Unas 40 que no dejaron entrar a la Guàrdia Urbana se enfrentarían a lo penal de no ceder por segunda vez
El proceso de inspección de carácter administrativo se va a repetir con unas 40 asociaciones que no dejaron entrar a la Guàrdia Urbana y, de impedir de nuevo su entrada, esto conllevaría la apertura de un proceso penal y la entrada en la asociación de los Mossos d’Esquadra. «El foco está puesto en las alrededor de 40 que no dejaron entrar a la Guàrdia Urbana para recibir la inspección. Estas van a recibir otra petición y, de no acceder a ella, recibirán la visita de los Mossos d’Esquadra y pasaríamos a la cuestión penal, tratándose de un auto judicial», explica Asensio. «Primero van a recibir el requerimiento de que dejen entrar y, luego, si no lo permiten, pedirían la entrada de los Mossos mediante un proceso penal».
Y 85 diligencias para hacer cambios antes de una segunda inspección
«Luego hay unos informes de diligencias abiertos por motivos de la disposición de obra: extintores, salidas de emergencias, etc. o que no están adaptados al requisito de Club Social privado, mantienen el nombre de club cannábico. Entonces al llegar la inspección se detecta que están registrados como club cannábico y se abre expediente. Aquí la mitad de las asociaciones han quitado el mostrador que hacía de dispensario y cuando se está abriendo una diligencia es porque el club no lo ha quitado, o detectan que tiene básculas y demás elementos de medición. Entonces envían un informe con aquellos elementos a subsanar o corregir y pasará otra vez la inspección«, prosigue el portavoz de CatFAC.
Hay asociaciones cuyo cierre se contabiliza ahora, pero solamente una cerrada por la inspección
«Quedan algunas asociaciones que no han sido inspeccionadas aún. Luego hay otras que han cerrado, unas 33, que en realidad ya venían cerrando por la pandemia, por circunstancias financieras más que de la inspección. Las han dado por cerradas ahora con la función inspectora desde la Guàrdia Urbana, pero cesaron antes la actividad«, explica Asensio de algunas cifras recogidas en medios generalistas tras el anuncio del portavoz policial. En la prensa mayoritaria, los pretenciosamente escandalosos titulares empañan la información de un proceso que transcurre con normalidad administrativa.
«Hay un porcentaje muy alto de las 223 licencias ya están adaptadas al nombre técnico Club Social Privado. El ayuntamiento va a poner el foco en las actividades de captación de turistas y en que la actividad continúe siendo la que hasta ahora han registrado, que continúe adaptándose a la actual situación tras las inspecciones», comunica del que debe ser el curso a seguir para las asociaciones de la ciudad en adelante.
Asensio es quien facilita la información a Cannabis.es y no puede revelar aún el informe original hasta que así lo indique el Ayuntamiento de Barcelona, que no ha respondido a nuestra petición de participar en este artículo por dos canales oficiales diferentes, correo y media. Aún así, confiamos en la veracidad de los datos proporcionados por CatFAC.